José Manuel Pazos

Ante el riesgo de incendio

Que la OPEP haya decido recortar su oferta en 2 Mill de barriles (se producen diariamente 100 Mill), es una mala noticia para los precios cuando el mundo se encuentra embarcado en el propósito de reducir la inflación.

Sin coordinación a la vista

La amenaza de uso de armas no convencionales en Ucrania ya salta a los análisis de los medios económicos, todavía a nivel de hipótesis y sin entrar en consideraciones económicas, muy difíciles de hacer por otra parte. Hay que ir 60 años atrás, a la crisis de los misiles de Cuba, para encontrar comparables con la preocupación que despierta en la opinión pública. Aquello se resolvió en días. La crisis actual no parece de resolución tan inmediata.

Una crisis total

Reino Unido se aventura en una arriesgada apuesta de incierta salida. La presentación de un presupuesto extraordinario la semana pasada propició una nueva sacudida a la baja de la libra esterlina que perdió la referencia de 1.10 frente al dólar por primera vez desde 1985.

Comunismo monetario

No se puede decir que al euro le vayan bien las cosas. Cualquiera que tenga que comprar diariamente divisa, casi cualquier divisa, se acordará de los pronósticos que se hacían para estas alturas del año, y sentirá como si le doliesen las muelas.

Atravesar la tormenta

Australia, Brasil, Reino Unido, India, Nueva Zelanda y Noruega. Todos ellos han subido tipos en agosto en 50 pb. México e Israel en 75 pb. Al margen de la heterodoxa Turquía, solo China los recortó en 5 pb. Aunque se han dado registros mensuales negativos en los datos de julio en un buen número de economías, sobre todo europeas y en EE.UU., los datos interanuales de inflación de los principales países siguen en el entorno del 9%, cifra que casi o más que se duplica en algunos países del este europeo.

Christine Lagarde (BCE) y Jerome Powell (Reserva Federal  USA) en Sintra.
Christine Lagarde (BCE) y Jerome Powell (Reserva Federal USA) en Sintra.

Cuando tienes que llegar a un acuerdo entre 19, y además presumes de que lo que allí se adopta es unánime; o se da una alineación de astros, cosa rara, o no hay modo de ser unánime si no es como resultado de una negociación. Es sabido que un buen acuerdo exige que todas las partes se levanten con la sensación de haber cedido algo. Y no hace falta ser un lince para intuir que, en la reunión del BCE del jueves, la trascendencia de lo que allí se discutía exigía de cesiones por todas las partes.

60-20-20

Otra semana más, y ya va la tercera, de fuerte apreciación del dólar. El USD Index, en el que el euro pesa un 58%, empieza a dibujar tras el 4% de subida en las últimas tres semanas una especie de parábola ascendente casi vertical en la que también colabora la rápida depreciación del yen, con un peso en el índice del 13.5%.

Una eternidad

La ruptura de la paridad en la relación del euro con el dólar tiene más valor simbólico que económico, pero la apreciación del dólar es un factor desestabilizador añadido sobre la economía mundial.

Ni pánico, ni wishful thinking

Siempre se busca donde hay algo de luz. Buscar donde no la hay, es perder el tiempo. Imaginemos los escenarios extremos y elijamos el nuestro. Será algo en el medio.

Ponemos mucha atención en las políticas monetarias y en el discurso de los bancos centrales, tratando de interpretar hasta donde están dispuestos a llegar en hechos y palabras. Pero imaginemos por un instante un escenario sin riesgo de pandemia, sin cierres en China, sin guerra en Ucrania ni sanciones contra Rusia y donde no hay escasez de personal.

Nada de cantar victoria

El BCE no tiene un extraordinario desempeño en cuanto a la eficacia de su comunicación. Esto se pone de manifiesto más intensamente en periodos de agitación en los mercados. Son muchos años de atender a las señales que envían los bancos centrales y que se utilizan como argumentario básico para las decisiones de los inversores. Podemos excusar esta dificultad en la necesidad de conciliar diecinueve distintos intereses y visiones del papel de un banco central.

Promete caldeado

Continua el desafío de los precios allá donde se mire. Se confiaba en que la inflación en EE.UU. en mayo se moderase, pero un 1% en la tasa mensual, con una creciente presión en el precio de los servicios, que suben un 0.6%, supone un considerable jarro de agua fría en las expectativas de haber superado lo peor.

Está para eso

La presentación ante el Congreso del informe anual sobre la economía española del gobernador del Banco de España ha generado un fuerte debate político, vinculado sobre todo a su defensa de la necesidad de un pacto de rentas y en particular respecto a la participación en el mismo de los salarios públicos y, sobre todo, de las pensiones. El pacto es su propuesta de reparto de la pobreza generada por la pandemia, y acentuada por la guerra.

¿A que no imaginaba otra cosa?

No sé si sabe que hay un apartado de la ciencia económica y la empresa que es, muy singularmente, complejo de analizar: la energía eléctrica. Desconozco si es un fenómeno idiosincrático español, pero es conocido, y así se reconoce en muy altos niveles de la administración pública, que resultan extremadamente difíciles de desentrañar los reales costes de producción, los márgenes, y como afectan los distintos orígenes al resultado del sector.

Nada en lo que confiar

Temor a un error de la Reserva Federal, temor a que los tipos suban demasiado rápido, temor a que la inflación contraiga el gasto, temor por los resultados de las empresas, temor a disrupciones en la cadena de suministros, temor al enfriamiento de China, temor a la guerra. Temor a todo. Todo esto afecta a las expectativas de los agentes y a las estimaciones que los mercados hacen de los tipos de interés

Christine Lagrade (BCE) y Jerome Powell (Reserva Federal).
Christine Lagrade (BCE) y Jerome Powell (Reserva Federal).

"Si se hace un análisis retrospectivo, hubiese sido mejor subir los tipos antes”. Esta sentencia es del presidente de la Reserva Federal en una entrevista del pasado jueves. No es novedad. La avanzadilla de los mercados ya tiene más que descontado que los bancos centrales se han visto muy detrás de la curva y han apretado el acelerador.

0,25