José Manuel Pazos

Suiza no somos

Acaban de publicarse los PMI (Purchasing Managers Index / Índice de Gestión de Compras) de la eurozona de marzo. Todavía bastante por encima de 50 cuya ruptura anunciaría un periodo contractivo, pero en mínimos de 14 meses. Cae a 56.5 desde 58.2. En España, el mínimo es de 13 meses, y cae a 54.2, el más bajo de los principales países europeos. Las perspectivas no son buenas de cara a abril, y es que la confianza de las empresas en el futuro cae a su mayor ritmo desde el inicio de la pandemia.

En tiempo de conflicto

Veremos hasta qué punto, y durante cuánto tiempo, los mercados consideran que se mantiene la independencia de los bancos centrales respecto al poder político. Las expectativas de inflación a 5 y 10 años, tanto en EE.UU. como en Europa, se mantienen en un rango entre el 2% y el 3%. Eso es señal de que hay confianza en esa independencia. Y más nos vale…

De ahí no escapa nadie

Los que estén más vinculados al mundo de las materias primas habrán seguido con atención la crisis que está viviendo el LME a consecuencia de lo ocurrido con el Nickel. El mercado que marca precios mundiales hubo de cerrarse el día 8 de marzo porque no funcionaba. Ahora, en su mayor crisis en sus 145 años de historia, está luchando por reabrir. Sin éxito. La sesión del viernes que tenía que iniciarse a las 9.00 am, retrasaba su apertura en 45 minutos por supuesto problemas técnicos, para tener que cerrase inmediatamente después.

Incautación

Extraña que el dólar, que es la moneda refugio, se haya apreciado tan poco tanto durante la pandemia como ahora con la guerra de Ucrania

Macron y Putin.
Macron y Putin.

El mercado asume que el conflicto puede prolongarse entre 3 y 6 meses, con la consecuencia de reducir el crecimiento, retrasar la moderación de la inflación y la normalización de las cadenas de suministro, el aplazamiento de la consolidación fiscal al menos un año, y la moderación de la normalización monetaria en Europa

Mantenga su plan
El economista jefe del BCE, Philp Lane, con Christine Lagarde.
El economista jefe del BCE, Philp Lane, con Christine Lagarde.

Mantenga su plan

Emmanuel Macron y Vladimir Putin negocian sobre Ucrania.
Emmanuel Macron y Vladimir Putin negocian sobre Ucrania.

En periodo de descuento para la primera subida de tipos de interés en EE.UU. en este ciclo, los mercados apenas acaban de empezar a incorporar la crisis con Rusia. El precio de la energía en Europa es la gran inquietud.

El partido hay que jugarlo

El BCE ha generado un cambio de expectativas. La repercusión ha sido general en los precios de todos los activos directamente implicados. Es conocido. También en el euro. Básicamente pasamos de un escenario incierto (eso que llaman flexible), solo en la Reserva Federal, a un escenario también incierto en el BCE.

Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal norteamericana.
Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal norteamericana.

Si las tasas intermensuales de inflación se moderan, lasinteranuales irán en progresivo descenso y los precios irán perdiendo protagonismo económico

Susan Athey, actual presidenta de la Asociación de Economistas norteamericanos.
Susan Athey, actual presidenta de la Asociación de Economistas norteamericanos.

Desde el inframundo

Entre los motivos más sólidos que pueden enumerarse para que una divisa se aprecie, de un modo más o menos consistente, es muy poco probable que se mencione la inflación. De hecho, habría de aparecer en la lista de lo contrario. ¿Qué otra cosa es la inflación sino la pérdida de valor de la moneda?

Que cambie el último dígito del calendario, no cambia esto, como tampoco lo está haciendo la opinión de los actores del mercado, que continúan, en su amplia mayoría, vinculando la mayor o menor fortaleza de la divisa norteamericana a su diferencial de inflación con el resto del mundo.

Vale, no se presenta de este modo, pero es en lo que consiste. Precios más altos y una divisa más fuerte es la mayor contraindicación para una economía que quiera corregir su déficit exterior, y si para atraer el capital que necesita, se ve obligado a pagar más a los inversores, entonces el problema no hace sino aumentar. Así ha sido siempre. Al menos hasta que los tipos empezaron a manipularse del modo que se ha hecho.

Ahora, con poco más que se pague, o se espera que se pague, la balanza de movimientos de capital, bascula, y el tipo de cambio, fiel de esa balanza, lo hace en sintonía. Es el inframundo de los economistas, donde habitan fuerzas misteriosas de difícil interpretación racional, pero que se utilizan como argumento para explicar cómo y porqué se mueve el dinero.

AUMENTA EL CONSENSO

Podría aparentar que, ante la dificultad de conciliar la ciencia económica con los hechos, las visiones entre estos científicos sociales tenderían a ser cada vez más discordantes. Pues no. Según la última encuesta a sus miembros de la Asociación de Economistas norteamericana, el consenso en aspectos considerados clave aumenta de forma singular. Efectuada una vez cada 10 años, en la correspondiente a 2021 más de un tercio de los encuestados estaban “muy de acuerdo” con las tesis que se les planteaban.

Hace 10 años (2011) este caso se daba en el 15% y diez años antes (1991) no llegaba al 10%. El consenso es muy amplio (86%) cuando se trata de dar importancia a la inadecuada distribución de la riqueza, o a la excesiva concentración del poder empresarial (85%). También en que la Reserva Federal no puede manejar por si sola el ciclo económico y que precisaba de la asistencia fiscal del gobierno; o en la importancia económica del cambio climático.

Y LA CULPA ES DE...

Aparenta que los economistas, al menos los norteamericanos, se están alejando de las tesis más cercanas al liberalismo económico para acercarse a otras más proclives a la intervención de los gobiernos. No es extraño entonces que, desde una publicación liberal tan influyente como es The Economist, HYPERLINK "https://www.economist.com/leaders/2022/01/08/democrats-seem-drawn-to-hare-brained-schemes-to-control-inflation" se reproche al presidente de EE.UU. la tendencia a culpar de la tensión en precios, -que tanto disgusto le causa en las encuestas-, a los mercados manipulados y a las grandes corporaciones que buscan ampliar sus márgenes.

Nada que ver con el incremento de la deuda y la impresión masiva de dinero y su consecuencia en los mercados de valores, que multiplican por cuatro el crecimiento del PIB, o con la ausencia de mejoras de productividad. Parece que las sociedades, sus gobernantes y por lo que se ve, sus científicos sociales, se han hecho adictos a la deuda y a la vista de cómo van las cosas, no ven el momento de regresar del inframundo donde resultó que sí existía el árbol del dinero.
Algunos en Europa, sin mucho ruido y menos eco, advierten que este sueño no puede durar para siempre, y es que ya advirtió Goya en una de sus obras, que “el sueño de la razón produce monstruos”. Veremos dónde está el dólar al despertarnos.

Andrew Bailey, gobernador del Banco de Inglaterra.
Andrew Bailey, gobernador del Banco de Inglaterra.

En el mercado de divisas, el dólar se revela como el gran beneficiado, mientras que los títulos de renta variable más cercanos a la industria y el consumo son los que se están quedando más atrás conforme se confirma el recrudecimiento de los contagios,

Vientos del Este

La UE tiene en Rusia su fuente de energía primaria. Importa con ese origen más del 40% del gas, el 30% del petroleo, y el 25% del carbón que consume

Evolución de la deuda norteamericana.
Evolución de la deuda norteamericana.
Jerome Powell, confirmado por Biden como presidente de la Reserva Federal norteamericana.
Jerome Powell, confirmado por Biden como presidente de la Reserva Federal norteamericana.
Te ves impelido a responder a la inflación, sin una gran convicción, y por lo tanto manteniéndote por detrás, sabiendo que con ello no resuelves el problema de los precios, pero arriesgas a castigar la demanda y a sacrificar crecimiento
Solo para expertos
En el mes de septiembre, George Soros publicaba un artículo de opinión en WSJ para advertir de los riesgos regulatorios de la inversión en China. Afirmaba que “verter miles de millones de dólares en China ahora, es un trágico error”.
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