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No son muchos sus votos, ni los escaños que consigue en el Congreso de los Diputados, apenas seis durante los últimos cuarenta años, pero el PNV de hoy, con Imanol Pradales y Aitor Esteban, al igual qu el de ayer con Xabier Arzalluz y Carlos Garaicoechea, es uno de los partidos indispensables para la estabilidad de España y para muchos de los gobiernos de la Democracia. Son capaces de moverse con enorme rapidez para poner y quitar a presidentes y siempre conseguir unos buenos réditos económicos. Más que cartas lo que utilizan son hojas de cálculo. Las últimas declaraciones/amenazas del Esteban vuelven a colocar en la balanza el precio de la Legislatura mientras Puigdemont intenta lo mismo desde Waterloo o Ginebra.
La crónica del último acto de la Vuelta ciclista a España estaba escrita desde hace semanas. El escenario pensado y planificado desde la izquierda cumplía varios propósitos, desde unificar uno de los pocos mensajes en los que todo el Gobierno y una gran parte de los ciudadanos están de acuerdo, la violencia del Ejecutivo de Netanyahu sobre el pueblo palestino que está extendiendo por todo el mundo un sentimiento contra Israel; a intensificar la presión sobre el Partido Popular desde su centro neurálgico, que es la capital de España. El PSOE se ha colocado al frente de las manifestaciones con las sucesivas declaraciones del propio presidente y de algunos de sus ministros.
En un mes cumplirá 47 años y lleva siete convertida en la rival más dura e importante que tiene la izquierda en general y el partido socialista en particular. Con 40 años consiguió unir en torno a ella a un tambaleante Ciudadanos y a un duro Vox. El entonces presidente del PP, Pablo Casado, la eligió para que pudiera hacer una transisicón dentro de la estructura interna del partido, que ya había perdido a cinco presidentes de forma sucesiva y necesitaba “reparar” su maltrecha imagen tras la salida de Esperanza Aguirre, de Ignacio González, de Cristina Cifuentes y de Ángel Garrido y Pedro Roldán, a los que habría que añadir los otros ocho años de mandato de Alberto Ruíz Gallardón. Veintiséis años de mantener el poder en la Autonomía por parte de la derecha, camino de otros dos más, por lo menos.
La Princesa de Asturias ya ha comenzado la tercera fase de su formación como futura Reina de España. Un paso más desde que jurara la Constitución ante las Cortes Generales, del mismo que lo habían hecho su padre y su abuelo. Un acto necesario para mantener la Monarquía Constitucional dentro de un Estado que padece los males de un desarrollo que intentó unir cuarenta años de franquismo con las experiencias y normas de la II República. Tres momentos políticos que serán la herencia que reciba Leonor de Borbón Ortiz.
En el último ataque ruso con drones y misiles contra varias ciudades de Ucrania, una decena de drones habrían cruzado la frontera con Polonia siendo interceptados por el sistema de defensa de este país. El jefe del Gobierno polaco, Donald Tusk ha reclamado que la OTAN ponga en marcha el protocolo que ampara los países miembros ante cualquier agresión exterior, mientras que la actual responsable de la Unión Europea para las relaciones exteriores, Kaja Kallas, no ha dudado en acusar a Rusia de efectuar ese ataque sabiendo de las consecuencias que tendría en virtud del artículo IV de la Organización, descartando la posibilidad de un error al cruzar los drones la frontera polaca.
El gusto por la fruta que convirtió en éxito Isabel Díaz Ayuso desde la tribuna de invitados del Congreso ha llegado al popular karaoke que utilizó Alberto Núñez Feijóo para amenizar el inicio del curso político. Ironía en la letra pero con la misma música con la que se asomó el verano a la vida pública. Si Feijóo insiste en la inmigración controlada y en la falta de legitimidad de Sánchez para seguir en La Moncloa, con su número dos, Miguel Tellado, trayendo a la memoria de los españoles las fosas de la Guerra Civil; el presidente del Gobierno avanza en sus enfrentamientos con el Israel de Netanyahu y el cruce de ataques mútuos.
La Apertura del Año Judicial coloca al Rey Felipe VI ante una coyuntura parecidas a la que tuvo su padre hace 48 años. En el inicio de la Democracia el “ruido de sables” en la vida pública era evidente, con seguimiento puntual en los medios de comunicación, hasta desembocar en el intento de golpe de estado protagonizado por altos mandos militares y con la presencia de un grupo de guardias civiles, a las órdenes del teniente coronel Antonio Tejero, mandando a los parlamentarios al suelo a la espera de un cambio en el Gobierno que sustituyera a Leopoldo Calvo Sotelo - que iba a ser elegido presidente - por un militar que parara la deriva constitucional que habían iniciado el Rey Juan Carlos y Adolfo Suárez, en su papel de primer ministro.
Con una vicepresidenta candidata en Andalucía y otros tres ministros teniendo que enfrentarse a las urnas en territorios hostiles, en Moncloa se les ha ocurrido la operación casi imposible: convertir al presidente de Castilla la Mancha en vicepresidente primero del Gobierno, en una remodelación del Gabinete que parece obligada y hasta urgente. De la oposición interna al poder y a colocarse como posible sucesor. Un caramelo tan dulce como envenenado.
El mejor resumen de la entrevista que Pepa Bueno le hizo al presidente del Gobierno como gran arranque de la nueva temporada informativa lo hizo, durante una rueda de prensa en 1999, el entonces entrenador del Barcelona, Louis Van Gaal, al dirigirse a uno de los comentaristas que críticaban el futbol que hacia el equipo: “Siempre negativo, nunca positivo”. La frase tuvo éxito y durante años se aplicó a todos aquellos que siempre ven la botella medio vacía, por más líquido que contenga. Para Pedro Sánchez eso mismo es lo que lleva haciendo Alberto Núñez Feijóo desde que ganó las elecciones generales de 2023 en número de votos pero perdió el Gobierno por carecer de los apoyos parlamentarios que necesitaba.
Sigue el fuego quemando hectáreas de bosque y destruyendo el futuro de miles de familias y todo lo que se le ocurre al jefe de la oposición es pedir una registro de pirómanos y convertir el Senado, la Cámara de representación territorial en una “comisaria política” en la que la mayoría absoluta de la que goza el Partido Popular someta a interrogatorios a varios ministros, comenzando por la titular de Defensa. Error sobre error para intentar, de nuevo, tapar la realidad. Margarita Robles les dió una lección de eficacia y responsabilidad a los que tenían la misión de no escuchar, no entender, no avergonzarse por su comportamiento.
El presidente del PP y único aspirante con posibilidades de vencer a Pedro Sánchez y sentarse al frente del Gobierno ya ha encontrado a los dos mejores puños que tiene dentro de su partido para golpear una y otra vez al inquilino de La Moncloa y a todo aquel ministro que se interponga en su camino. Auténticos pesos pesados en su categoría, con experiencia y que se disputan entre ellos cual de los dos tiene mejor pegada frente a sus adversarios. Miguel Tellado, actual Secretario General, llegó desde Galicia como hombre de confianza de Alberto Núñez Feijóo, al que había ayudado a ganar varias elecciones autonómicas con mayoría absoluta; Elias Bendodo era un fichajes externo, recomendado por el presidente de Andalucía, Juanma Moreno, y con su propia experiencia política desde sus inicios como concejal en Málaga.
Para entender las razones que tiene Vladimir Putin para no destruir Kiev y acabar con la guerra es necesario leer la gran novela del conde Nicolaievich Tolstoi escrita a partir de 1865 por entregas en la revista “El Mensajero ruso” y editada como libro cuatro años más tarde. En “Guerra y Paz” están todas las claves que explican el deseo del presidente ruso de ganar la guerra de Ucrania sin tener que destruir su capital. En Kiev nació el “alma” de un Imperio que abarcaba gran parte de la actual Polonia, toda Bieolorusia, parte de Turquía y proporcionaba a los Zares una posición de privilegio en el Mar Negro y su salida al Mediterráneo.
Le hace una estupenda entrevista Javier Menendez en La Razón y el gitano que es cantaor y filósofo José Soto Soto, que colocó el Mercé como bandera para subirse a un escenario, inventa una palabra que describe a la perfección el sentimiento que domina a la España de hoy:”tragirrabia”, esa fusión creativa que se esconde en el flamenco para que se entienda el caminar del desgarro, que arranca en la entrepierna, sube por la garganta y estalla en ese idioma de palabras rotas y gritos que susurran entre palmas y cuerdas de acero y bronce, para que el arañazo se convierta en música, y el duende salga de su invisibilidad.
Se niegan a reconocer en público la evidencia. Todos los líderes políticos, todos con independencia de su credo político , desde Washington a China, pasando por la inquieta América del Sur, el Africa de las guerras tribales y la Europa que intenta mantener una posición en el mundo que ya no tiene, ni parece que lo vaya a tener, saben que ni el presidente ruso, ni el primer ministro Netanyahu van a parar en sus dos caminos en Ucrania y en Gaza y Cisjordania e incluso en el sur del Líbano.
Fueron 202 los escaños que consiguió el PSOE de Felipe González el 28 de octubre de 1982. Han pasado 43 años y los socialistas de Pedro Sánchez siguen en el centro de los escándalos, con una estrategia por parte de la derecha política, que dice y hace todo lo que puede siguiendo el llamamiento de José María Aznar; y una derecha judicial que existe y no dice pero hace a través de los distintos sumarios que siguen abiertos. Los que imlican a dirigentes y ex dirigentes del PSOE son de largo recorrido y pasarán años antes de que puedan llegar a juicio y tener una sentencia; los que afectan al PP aparecerán para ser contados de nuevo en las vistas orales en un par de meses. Si los dos grandes partidos se empeñan en mantener las guerra de destrucción los ciudadanos presenciarán el peor de todos los espectáculos políticos de nuestra democracia: el lanzamiento desde los dos lados de la trinchera ideológica de misiles con una palabra en su costado: corrupción.
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