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A los políticos se les llena la boca de latinajos en cuanto ven la ocasión de meter el dedo en la herida del contrario, es el caso del “in vigilando” que se ha puesto de moda para acusar al dirigente político cuando no hay pruebas de conductas aberrantes o corrupción directa, pero nunca se exige en su propio partido haciendo bueno eso de ver la paaja en el ojo ajeno y no notar la viga en el propio.
En plena batalla por la condena al fiscal general, Alvaro García Ortíz, otro peón de Sánchez ofrecido mal PP para activar los apoyos a su gente, los políticos afilan sus armas y se lanzan a una pelea en la que los perdedores son todos los ciudadanos, incluidos los que votan al PP y al PSOE, porque mientras discuten de sus cosas no hablan del continuo aumento de los precios que va camino de una nueva superinflación, como la que sufrió España en 2022 cuando rozó, oficialmente, el 11%, cuando en realidad el coste de muchos productos básicos creció más del 50%.
Queda menos de un mes para la primera cita electoral que será en Extremadura, el 21 de diciembre, la antesala de una Navidad que se presenta movidita con todos los casos pendientes en el ámbito judicial y la resaca de la condena del fiscal general Alvaro García Ortiz. Allí se podrá comprobar si es verdad, como afirman los sanchistas, si los varapalos judiciales más que hundir al PSOE lo afianzan o si por el contrario, el proceso contra su hermano David va a hundir a los socialistas en un territorio donde siempre han ganado hasta las elecciones autonómicas de 2023.
Pedro Sánchez se resiste a marcharse a pesar de todo, ya lo demostró tras las elecciones de 2019 y las de 2023 cuando tuvo que hacer lo posible y lo imposible para lograr reunir los votos necesarios para seguir en La Moncloa: dormir con su enemigo, Pablo iglesias, y negociar con el exilado en Waterloo, Carles Puigdemont. Los analistas no saben a qué atenerse cuando analizan su resistencia a irse, unos opinan que es solo su voluntad personal la que le hace seguir y otros, en cambio, creen que es el miedo a quedarse solo ante los problemas judiciales.
Entre las víctimas propiciatorias que provoca la batalla política entre el PP y el PSOE, hoy le ha tocado al fiscal general Alvaro García Ortiz, un peón de Pedro Sánchez, como hace unos días cayó el peón de Feijóo, Carlos Mazón. Son fichas que van cayendo en aras de sus respectivos líderes, máxime cuando la guerra se prolonga más allá de la primera legislatura. Por algo alguien debió pensar que con ocho años de mandato ya estaba bien. Ningún presidente de gobierno español ha sorteado los escándalos o la corrupción a partir de su segunda victoria electoral.
Al comienzo de la transición del franquismo y la formación de las Comunidades Autónomas hubo un despertar nacionalista que no solo afectó a las regiones históricas (Galicia, Euskadi y Cataluña) sino que llegó a todos los rincones de España: el nacionalismo canario tuvo su auge con su líder Antonio Cubillo, que incluso logró el apoyo argelino, los andaluces resucitaron a Blas Infante para formar el Partido Andalucista con Alejandro Rojas Marcos y hasta Segovia intentó convertirse en una autonomía independiente como La Rioja, Navarra, Asturias o Murcia.
Si algo diferencia a los independentistas vascos de los catalanes es que a los de Vitoria les importa más arrancar “mercedes” del Reino de España que andar reclamando su separación de España. Es verdad que lo intentaron con Ibarretxe en 2008 pero sin armar tanto jaleo como Puigdemont y tras ello nombraron a otro lehendakari menos radical volvieron a lo suyo.
Gabriel Rufián hace tiempo que lleva ofreciéndose para dirigir a la nueva izquierda española y presentar un bloque unido en las próximas elecciones generales que, según todos los indicios que reciben los políticos, podrían celebrarse el próximo verano. Fracasado Pablo iglesias y quemado Pedro Sánchez, el portavoz de ERC parece querer dar ese paso adelante que le obligaría, seguramente, a abandonar Esquerra Republicana.
Pedro se ha pasado al TikTok en un intento de arrancar de las garras de Vox a los jóvenes de la generación Z (nacidos entre 1997 y 2012), que tienen edades entre los 28 y los 13 años, y cuyo voto puede ser decisivo en las elecciones de 2027. No lo va a tener fácil, primero porque es difícil para un cincuentón habituarse a estas nuevas modalidades juveniles y segundo porque los jóvenes, con TikTok o sin él, lo que quieren es trabajo, buenos salarios y una vivienda barata.
Los ciudadanos se quejan y con razón de que los políticos no atienden a las necesidades de los trabajadores, les preocupan más sus peleas y el “y tu más” que cuestiones como la inflación. que ha aumentado el coste de la vida en un 200 por ciento en menos de cinco años, la luz, los carburantes, pero también los huevos y otros muchos alimentos populares han provocado un bajón del nivel de vida de millones de españoles sin que nadie del gobierno ni de la oposición hagan nada para remediarlo.
Lo que tiene de bueno la decisión de María Guardiola de convocar elecciones anticipadas para el 21 de diciembre es que puede romper la incertidumbre política creada en torno a saber si Vox sigue subiendo como indican las encuestas, o si el PP es capaz de arrinconar a su enemigo de la ultraderecha, e incluso si el PSOE está en condiciones de superar los problemas judiciales en los que está metido.
Cuando Sánchez pensaba que su único problema se llama Puigdemont y que tiene que solo tenía que resolver ese problema para seguir gobernando, ahora ha saltado un nuevo conflicto que va a ser mucho más difícil de arreglar, el posible procesamiento en la Audiencia Nacional del presidente de Sidenor, el “rey de hierro” en España y empresario estrella del PNV, José Antonio Jainaga, investigado investigado por delitos de contrabando y participación por complicidad en un delito de lesa humanidad o de genocidio por vender acero a la compañía Israel Military Industries (IMSI) sin haber solicitado la necesaria autorización del Gobierno y sin inscribirse en el registro correspondiente.
Se trata de una de las frases pronunciadas ante el Parlamento europeo, el pasado 19 de febrero de 2025, por el economista norteamericano Jeffrey Sachs y gurú del Desarrollo Sostenible y uno de los miembros del Consejo Asesor de Gate Center en España, que preside José Luis Rodríguez Zapatero, “un espacio de reflexión y análisis que tiene como misión el estudio del desarrollo de las tendencias políticas, económicas y sociales en el Sur Global y su impacto en el orden internacional”.
O Isabel Díaz Ayuso sabe con precisión que su máximo enemigo en las urnas será Vox o no se entiende bien ese afán que le ha entrado por ponerse a la cabeza del apoyo a Israel o su salida de pata de banco de sugerir a las mujeres que necesiten o que quieran abortar que se vayan de Madrid para hacerlo. Da la sensación que desprecia a la oposición del PSOE y de Mas Madrid hasta el punto de que no le importa ponerse a la cabeza de la ultraderecha.
No lo tiene fácil Podemos para salvar las pruebas a las que les somete Pedro Sánchez y Yolanda Díaz continuamente en el Congreso. Las últimas votaciones en el Congreso para aprobar la Ley de Movilidad Sostenible con la abstención de los cuatro diputados morados, o el embargo de armas a Israel, que Ione Belarra consideraba en ambos casos como insuficientes e incluso un “coladero” en el caso israelí.
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