Diego Armario

De todo lo que se dijo ayer en el debate de investidura me quedo con una frase de Albert Rivera dirigida a Pedro Sánchez: ” No apueste usted por unas terceras vacaciones”.

Ya sé que la tradición y el protocolo exige , o al menos aconseja, llamar señorías a los parlamentarios, pero hay ocasiones, y ésta es una de ellas, en las que ese tratamiento les viene grande a nuestros diputados y senadores porque aunque algunos vistan el cargo, otros andan desnudos de argumentos.
Solo hay buena o mala gente, y a casi todos los que son despreciables se les nota en la cara porque cada vez que tragan saliva sienten asco de sí mismos, aunque atribuyen esa sensación al último potaje que engulleron.
Yo tenía un amigo que afirmaba que” si a partir de los 50 años no te duele nada es que estás muerto”, y hablo de él en pasado porque un día dejó de tener molestias.

Pedro Sánchez y Albert Rivera tienen mucho en común. Ambos son jóvenes, guapos , sectarios y ninguno de los dos ha dicho la verdad cuando afirmaban que harían todo lo que estuviese en su mano para que no se tuviesen que repetir las elecciones por tercera vez.

En el Reino Unido llevan siglos diciendo que cuando hay niebla en el canal de la Mancha los que están aislados no son ellos sino el resto del continente, porque si hay algo que define a los británicos es su convicción de que los demás no les merecemos.

Pedro Sánchez sueña con ser amigo de Pablo Iglesias, pero se le ha adelantado Rodríguez Zapatero que ha decidido hacer una pinza con el líder de Podemos para acabar de hundir al PSOE.

Hoy le he escuchado al ex ministro socialista José Borrell decir que Podemos no es un partido político sino un estado de ánimo y me ha recordado a lo que dijo Pedro Arriola cuando, después de las elecciones europeas, afirmó que los de Pablo Iglesias eran unos frikis urbanitas.
Hay gente a la que se le calienta la boca y dice cosas de las que luego se arrepiente, y otros, con absoluta frialdad, dicen barbaridades y no les tiembla la voz porque están persuadidos de que su misión en la vida es defenderse a sí mismos y desentenderse de los demás.

José Luis Rodríguez Zapatero, junto con los ex presidentes de República Dominicana y de Panamá, regresa a Venezuela invitado por el gobierno de Nicolás Maduro, en una labor mediadora en el conflicto que mantienen el gobierno con la mayoría parlamentaria no chavista.

Debe ser cierto que el hombre engañado por su santa es el último que se entera de la faena de aliño de la que está siendo protagonista sin que nadie le dé aviso, pero en otros asuntos que tienen que ver con golferías económicas organizadas por elementos mafiosos no es normal que lo sepa todo el mundo menos la policía y los jueces.

No es normal que los jugadores de fútbol parezcan filósofos porque, salvo honrosas excepciones, sus frases más brillantes son cinco monosílabos enlazados y cuatro tópicos repetidos, pero hoy me ha llamado la atención la profundidad de una frase de Zlatan Ibrahimovic que, plagiando a Benjamín Button, ha dicho ” Nací viejo y moriré joven”.
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