La parca, del lado de Trump
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La parca, del lado de Trump

miércoles 28 de mayo de 2025, 10:48h

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La política económica en general, no es asunto de gran popularidad. Quizá una de sus ramas, la política monetaria, resulte menos espesa, porque simplifica el punto de atención sobre un precio, el tipo de interés; sobre un actor, el banco central; y sobre un objetivo, la demanda. Eso sí, el adjetivo calificativo especificativo, “monetaria”, exige de otro, explicativo, para trasladar al lector la intención del sustantivo, y así hablamos de política monetaria “expansiva” o “contractiva”, que se interpreta en su acepción más común a través de los tipos de interés.

La otra rama, la política fiscal, es más compleja y cualquiera que sea el calificativo explicativo que se utilice, exige más precisión para orientar al lector. Puede ser expansiva por el incremento del gasto, pero también por la reducción de impuestos y entonces puede no ser tan evidente la intención del actor, también único, el gobierno. El presupuesto es su manifestación. En general, la política, cualquiera que sea el especificativo, y que se acompaña con el explicativo “expansiva”, es recibida con satisfacción, tanto por el público en general, como por los mercados.

¿ES EXPANSIVO O NO?

Un observador confuso que ha de juzgar el carácter de una política fiscal suele atender a la reacción de los mercados como expresión de un juicio. El problema surge cuando se supone que la política fiscal es expansiva y sin embargo los mercados fruncen el ceño. Es lo ocurrido con el proyecto de presupuesto aprobado por un solo voto (215 vs 214) en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, a pesar del voto en contra de dos republicanos y la abstención de un tercero. Comprobará el lector que la suma de votos no alcanza los 435 miembros de la Cámara, y es que entre las filas de los demócratas se han producido recientemente tres fallecimientos, el último en marzo, que no han sido todavía reemplazados, permitiendo la aprobación. A ver si va a resultar que la muerte también está del lado de Trump. Sí lo está el Senado, hacia donde se dirige ahora el proyecto y donde votan 53 republicanos y 47 demócratas.

Entonces, y a la vista de la reacción de los mercados, ¿es expansivo o no este proyecto que ha pasado por los pelos? Lo es, aunque sobre el papel no lo aparenta de modo tan claro, al menos para 2026. Las estimaciones, siempre complejas, fijan el impacto en el PIB del recorte de impuestos en un 0.8%, compensado por un recorte del gasto del 0.2% y unos ingresos por aranceles con un impacto del 0.6%. Empate. No puede por tanto calificarse como expansivo sin más. Veremos que modificaciones sufre en el Senado, este “One Big Beautiful Bill Act”, pero el problema surge de su fiabilidad. ¿Será posible el recorte del gasto? Hay serias dudas. ¿Y los ingresos por aranceles? ¿acaso es tema resuelto? Quizá por eso, para ganar credibilidad, el presidente amenazaba el viernes con imponer un arancel del 50% a todas las importaciones procedentes de la Unión Europea a partir de junio, provocando una nueva sacudida en los mercados. Otra más.

DE PAR EN PAR

Uno de los aspectos contenidos en el presupuesto que más compromete la política fiscal es la intención de autorizar un incremento del techo de deuda en 4 billones, eliminando del tablero para mucho tiempo la posibilidad de control legislativo del gasto y abriendo la puerta de par en par a un mayor déficit fiscal. Por eso los mercados han fruncido el ceño, por la misma razón que hace muy difícil que se recupere el dólar, la desconfianza.

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