La clave son ellos

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jueves 14 de abril de 2016, 00:07h

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En dos semanas quedará resuelto el enredo en el que se metió la política española con los resultados del 20 de Diciembre. Habrá gobierno - que es lo menos probable - o tendremos elecciones el 26 de junio. Todos los líderes políticos serán responsables y todos echarán la culpa a los otros.

Muchas declaraciones - todos los días unas cuantas de unos cuantos dirigentes de variados colores - muchas reuniones, muchas propuestas y escasa voluntad de sacrificio pensando en este país llamado España.

Ni Pablo Iglesias, ni Albert Rivera tienen las claves de lo que está sucediendo y va a suceder. Lo saben y por eso ofrecen soluciones casi imposibles. Piensan en su imagen electoral y en mantener o incrementar sus resultados de Diciembre. Algo parecido le ocurre a Pedro Sánchez, empeñado en las mezclas imposibles: firma con Ciudadanos para contentar a sus compañeros socialistas pero reconoce que sin Podemos no puede avanzar hacia La Moncloa.

La clave del embrollo ha estado siempre en el palacio de la presidencia del gobierno. La tenían y la tienen Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría. El presidente en funciones no quiere irse, salvo que pierda en las urnas y no pueda formar gobierno; y la vicepresidenta nunca ha tenido otra opción que no sea apoyar incondicionalmente a su jefe de filas, por más alabanzas y sugerencias que le hagan desde dentro y desde fuera del PP. El poder se ejerce desde el Ejecutivo, salvo cuando se llama a las urnas y es la organización quien tiene que conseguir los votos y los escaños. Y es en ese instante y en estos días en los que aparece la " otra mano" de Mariano Rajoy, la que tiene de nombre María Dolores Cospedal.

Rajoy es un político de paciencia infinita. Lo ha demostrado durante 30 años. Y Soraya es la voz que ha vertido en sus oídos lo que quería oir: sus adversarios estaban condenados al fracaso, no podrían construir una alternativa de izquierdas con los nacionalistas, ni podrían formar un tripartito con mimbres tan contrarios e inflexibles. O somos nosotros los que encabezamos la solución - le puede haber dicho Mariano q Soraya en estas semanas - o la solución la darán las urnas.

Con la minoría de bloqueo constitucional en el Congreso y la mayoría absoluta en el Senado, intentar gobernar España con el PP en la oposición es un error. Y si es con la suma de Ciudadanos prácticamente imposible. Sería un Ejecutivo para un año, con tensiones constantes, presión brutal de Europa, sin capacidad para abordar grandes reformas, condenado a luchar en varios frentes, desde el económico al institucional, y con la sociedad española viendo como las expectativas que se crearon ante el 20 de Diciembre se disuelven como un azucarillo en un café bien caliente.

Rajoy y su número dos en el gobierno han funcionado durante cuatro años como un rodillo tanto ante la oposición como ante los suyos del partido. En Moncloa se decidía y se ejecutaba. Conspiraciones para romper el dúo se han sucedido, pero el presidente tiene una ventaja que le coloca por encima de todo el resto: es el jefe del Ejecutivo y tiene el BOE y es el jefe del partido en el que las voces siempre se escuchan en voz muy baja cuando de criticar el líder se trata.

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