No son los mejores tiempos para el ex consejero Prada, condenado a siete años de cárcel en la Audiencia Nacional por las iregularidad en el Campus de la Justicia entre 2055 y 2011 por prevaricación y malversación de caudales públicos relacionados con la publicidad del proyecto y la creaación de una revista digital, con los con siguientes contratos públicos para la adjudicación y construcción de los diferentes edificios, un tema en el que las diferencias entre el equipo de abogados defensores y el magistrado
Eloy Velasco, ponente ee la sentencia, fueron evidentes, ya que se reconía en la misma que de los 25 contratos firmados, más de la mitad han reportado alguna utilidad y no fueron irregulares y sin que hubiera beneficio personal para el condenado. Esa doctrina del Supremo sobre la malversación tendrá consecuencia para los casos de los socialistas
Koldo Aguirre, José Luís Abalos y Santos Cerdán, que mantienen como eje de sus defensa que no se lucraron con la adjudicación de los presuntos contratos con compañías privadas.
Prada se convirtió en uno de los dirigentes de confianza de Alberto Ruíz Gallardón, de Esperanza Aguirre y de Mariano Rajoy, hasta desaparecer del prmer plano político. El resto de los juzgados han visto como se reducía la petición de sus penas, dejándolas en inhabilitación en algunos de ellos. El que ejerció de director de seguridad, Andrés Gómez Gordo, que tanbién estuvo a las órdenes de la expresidente de Castilla la Mancha y secretaria General del PP, Dolores Cospedal, está pendiente del juicio por una de las partes de la Operación Kitchen y las denuncias del comisario Villarejo.
En la nueva Ciudad de la Justicia habrá 26 sedes judiciales, con una inversión de 653 millones de euros y que estará terminada a finales de 2008. Por allí pasarán más de 30.000 personas cada día. Qiuedarán fuera de ese macrorecinto el Tribnal Supremo, la Audiencia Nacional y el Registro Civil. Las empresas que han resultado adjudicatarias, tras el total de cinco ofertas que representaban a trece compañías, serán ACS y Acciona, por una lado, y OHL, Azzi y Roger, por otra. El diseño global es del estudio de arquitectura Lamela y será, con 22 años de diferencia, el mejor intento de descongesionar el centro de Madrid y cumplir uno de los sueños del político que ayudó a Díaz Ayuso a dar sus primeros pasos en la política madrileña.