¿Cómo me verá la historia?

La gran preocupación de Pedro Sánchez sigue siendo saber cómo le recordará la historia, porque en sueños se ve como un personaje fracasado, no querido y con escaso crédito por haber mentido tanto tiempo a tanta gente. Ya no le basta con el cariño y el apoyo que le brindan los miembros del equipo de opinión sincronizada que le piropean sin rubor , al grito de “¡te queremos!” porque en el fondo los desprecia por serviles

Es muy duro el momento por el que está pasando. En sus reuniones internacionales le ponen a parir, los jefes de Estado y de gobierno no le toman en serio, le echan en cara su doble lenguaje y su discurso populista .

No le vale viajar a otros países para huir de España porque se ha quedado sin socios en Europa cada vez que va por libre lejos del consenso. Vive su tiempo de ocaso rodeado de problemas políticos y judiciales, denunciados en las instituciones..

Cuando sale a la calle, rodeado de guardaespaldas, comprueba que no es un hombre querido por la gente de su propio país porque se ha encargado de dividir a los españoles… y lo ha conseguido.

Tiene un problema: no se cree los resultados de las encuestas favorables que le cocina el supuesto delincuente José Félix Tezanos, y como sabe que perdería las elecciones, si las convoca, por eso no lo hace.

Solo hace falta que Máximo Huerta le responda la pregunta que le hizo el día que lo destituyó injustamente: ¿Cómo me verá la historia?