El poresidente del Gobierno y el presidente del Partido Popular saben que la gran batalla de las elecciones generales (sea cuando se ala cita con las urnas) será la última que les enfrente. Si Pedro Sánchez logra, lo que hoy parece un imposible, mantenerse al frente del futuro Gobierno, Alberto Núñez Feijóo tendrá que dejar su puesto de lider de la derecha a otra persona. Y si es él que logra al fín llegar a La Moncloa, el actual inquilino tendrá que dar por terminada su vida política. Ni el socialista, ni el popular tendrá unan nuevas oportunidades.
Si hasta ahora los enfrentamientos han sido los más duros de nuestra democracia entre los dos partidos que han gobernado el país y pueden seguir haciéndolo, lo que va a suceder durante los próximos meses va a ser aún más salvaje y destructivo. Ya no es sólo un tema ideológico y partidista, es un tema de supervivencia personal.
Sánchez hará una apuesta clara por seguir el modelo de actuación del actual presidnete de la Generalitat y ex ministro, Salvador Illa, dando más protagonismo a las Federaciones de Cataluña y Valencia con Rebeca Torro como sustituita de Santos Cerdán - primera mujer que se convierte en Secretaria de Organización del PSOE- y la división de poderes internos entre Anabel Mateo, Francisco Salazar y la madrileña Emma López. Rostros nuevos para la inmensa mayoría de los españoles pero que deben servir al lider socialista para intentar mantener la actual Legislatura hasta el final. Hacer los cambios que le pedían sus socios pero sin alterar el frágil equilibrio del Gobierno, por lo menos hasta la disolución de las Cortes.
Feijóo, por su parte, con el cambio de Cuca Gamarra por el gallego Migel Tellado en la Secretaria General, confirma que la línea dura y directa que sigue desde su llegada a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, es la que va a regir las actuaciones del PP. Máxima dureza, sin concesiones y con la corrupción como eje de todos los ataques contra Sánchez, su Gobierno y los socios de investidura que lo mantienen, pese al más que posible retroceso del PP en Euskadi y Cataluña por los ataques al PNV y a ERC y Junts. Prima el cerrar el paso al Vox de Santiago Abascal a nivel nacional que las reacciones en los dos territorios en los que el nacionalismo independentista marca la diferencia.
Si los casos judiciales que cercan al PSOE de Sánchez y que cada día implican a más personas - el último el presidente de la Audiencia Nacional, que se suma a los que ya están en curso con las nuevas denuncias y querellas presentadas - son el flanco débil del Gobierno y del PSOE; los juicios de los antiguos casos de corrupción que están dentro de la Gurtel y de la Kitchen entre otros. Más munición judicial con la que dotar a las unidades de combate político.
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