El único inconveniente – tratándose del Jefe del Estado de Francia y su señora, la primera Dama del país – está en que ese gesto ha sido visto por la tripulación del avión oficial en el que viajaban a Vietnam, y grabado por una cámara que lo difundió en directo al resto del mundo.
No he leído aun en la prensa francesa la reacción de sus ciudadanos, quizás porque los gabachos tienen claro el concepto confuso de laisse faire, laisse passer, aunque referido a la libertad de pensamiento .
Las explicaciones del Presidente francés diciendo que ha sido una broma entre él y su mujer, resultan de dudosa credibilidad. Sería impensable que el suceso hubiese sido al contrario porque , en ese caso, Emmanuel Macron debería estar en este momento dimitiendo.
La ejemplaridad de los gobernantes a veces deja, mucho que desear y por suerte para ellos apenas conocemos detalles de su vida privada, salvo cuando la confunden con su actividad pública y en esos casos desnudan sus vergüenzas.
No es aceptable que nadie agreda a nadie ni en público ni en privado, ni de palabra ni de acción, aunque aquí en España el insulto está a la orden del día, especialmente entre el Presidente del gobierno, Pedro Sánchez y sus siervos, que para eso cobran.
Si (
No(