Los políticos siguen haciendo oídos sordos a los problemas reales
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Los políticos siguen haciendo oídos sordos a los problemas reales

martes 22 de abril de 2025, 06:38h

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Día a día, mes tras mes, se siguen acumulando los problemas sociales que más acucian a los ciudadanos sin que los políticos se pongan de verdad a la tarea de resolverlos más allá de las proclamas electoralistas que unos y otros hacen de vez en cuando. Ni la falta de médicos y enfermeras en la Sanidad, ni el coste de los alquileres, ni la solución a los menores amontonados en Canarias, ni la continua subida de los alimentos, ni el lento pero continuo aumento de la delincuencia, ni nada de nada.

O no saben o prefieren hacer oídos sordos a estas cuestiones ciudadanas. Ellos siguen con sus cuitas y sus peleas de cara a la galería, más preocupados, como decían los jóvenes del 15-M, en sus cosas personales, en sus sillones y en sus prebendas de casta que de lo que le ocurre al país. Y para colmo faltaba Donald Trump para meter otra baza en el desconcierto político y económico en el que se mueve el mundo. Si antes todo el problema se llamaba Puigdemont y su apoyo desapoyo a Pedro Sánchez, hoy los políticos miran hacia el emperador mientras los ciudadanos miran al supermercado o a la gasolinera.

El problema del abismo entre los políticos y los ciudadanos no es nuevo, más bien es un asunto que se repite desde que se inventó el parlamentarismo”. De hecho te permiten votar cada cuatro años y luego se olvidan de ti. Unos y otros. A ello se añaden dos cuestiones básicas que dentro de los partidos no hay ninguna democracia para poder llevar la contraria a los capos y que ya ni siquiera se ven obligados a dimitir cuando hacen algo mal. Un político encausado en algún presunto delito –véase a José Luis Abalos- puede seguir “representando” a los ciudadanos en el Congreso sin problemas, para eso está el grupo mixto.

Tampoco una caída en las urnas –que indicaría al menos que el político ha perdido la confianza de los electores- es sinónimo de derrota y de que es mejor irse a casa para dedicarse a otras cosas. Si el afectado consigue seguir en el escaño aunque su partido se haya ido casi a la basura, su solución es aferrarse al sillón y vivir otros cuatro años a costa de los ciudadanos. Luego “dios dirá”. Son ya políticos de profesión o mejor dicho políticos que no tienen otra profesión.

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