En tiempo de conflicto
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En tiempo de conflicto

martes 29 de marzo de 2022, 22:56h

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Veremos hasta qué punto, y durante cuánto tiempo, los mercados consideran que se mantiene la independencia de los bancos centrales respecto al poder político. Las expectativas de inflación a 5 y 10 años, tanto en EE.UU. como en Europa, se mantienen en un rango entre el 2% y el 3%. Eso es señal de que hay confianza en esa independencia. Y más nos vale…

Eso sí, hay que taparse un poco la nariz, y es que: hay elecciones de mitad de mandato en EE.UU. en noviembre, al mando del BCE están dos exministros, y el mundo está como sabemos. A ver quién les dice a los líderes políticos que lo suyo -lo de los bancos centrales- son los precios, y que lo demás… es tarea de otros. Llevan demasiado tiempo haciendo el trabajo de otros. Claro que hasta ahora ha sido cómodo, aunque no parecía. A ver ahora…

UN BUEN ZARPAZO

La ONU acaba de revisar su pronóstico de crecimiento mundial en 2022. El impacto global, un punto. De 3.6% a 2.6%. Al de Europa le ha dado un buen zarpazo. El mayor. Lo baja del 3% al 0.9%. Seguirán más organismos revisando. Estos solo son los primeros, y su interés radica en que analizan el mundo global y simultáneamente.

Las dos razones de tal cambio en seis meses son: la guerra de Ucrania y el alza de precios de energía y alimentos, aunque el título ya sugiere un tercer invitado: “Tapering in a time of conflict”.

O sea, que hay conflicto, pero hay que hacer el Tapering. No se le hace mucho caso a la ONU, quizá porque lo merezca, del mismo modo que Europa no puede esconder que en el conflicto de Ucrania algo tiene que ver con cómo se han gestionado las expectativas de ese país, donde ahora estamos haciendo la guerra, aunque las víctimas las ponen otros.

SOLO FALTABA

Decir que la guerra se le está atragantando a Rusia no es dar una opinión muy arriesgada. Hay alguna posibilidad de que, si logran cerrar a Ucrania el acceso al Mar Negro tomando Odessa, se sienten a negociar. Es la hipótesis más favorable para empezar a estabilizar el escenario, y así los mercados podrán justificar porque han mejorado tanto desde el mínimo del 8 de marzo, ya en plena invasión.

La volatilidad ha caído desde el 36% al 21%, y tanto el S&P 500 como el Eurostoxx50 han recuperado con fuerza, un 8 y un 11%. Aunque pierden en el año. Solo faltaba…

¡RECESIÓN!

Alcanzar ese escenario de pausa y negociación puede ir para largo. Es la opinión de los norteamericanos. Conviene este aviso: los mercados han infraponderado las crisis geopolíticas y sobreponderado las financieras. Cuando Alemania invadió Francia en 1940, la volatilidad de la Bolsa de Nueva York se fue al 30-40%. Cuando quebró Lehman en 2008, superó el 85%. No es el mercado un buen calibre para esta crisis. Por eso que cada día que el dólar pasa “tranquilo” en las inmediaciones de 1.10, es para dar las gracias. No es resultado de un equilibrio estable.

Al menos los mercados de bonos se mueven, y la pérdida de pendiente empieza a alarmar: ¡Recesión! Lo cierto es que una recesión exige algo de esto: Alzas de tipos, desequilibrios previos, shocks externos. Unos más que otros, pero los tenemos todos.

Hay quien pronostica que el petróleo superará los 200 dólares. ¿Dónde se quedarán entonces los 2.000 millones para el transporte? Mutualizar deuda en Europa. Otra vez. Ya están tardando los bancos en vender derivados de todo tipo. Con los de inflación ya han empezado. ¡Cuidado! Asegurarse de entenderlos bien. No son tan obvios como aparentan.

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