Lágrimas y artículo mortis en Vallecas

martes 21 de octubre de 2014, 21:41h

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En la despedida "parlamentaria" de Esperanza Aguirre se unen las lagrimas de Ignacio Gonzalez al minuto de silencio por Santiago Carrillo de los diputados de PSOE e IU.


A las doce de la mañana, mientras las vallas policiales de dos metros "encarcelaban" al Congreso de los Diputados para evitar que los manifestantes se acercaran a la sede parlamentaria de la Carrera de San Jerónimo, en Vallecas, en el hemiciclo de la Asamblea madrileña comenzaba el primer acto de la presidencia autonómica de Ignacio Gonzalez, el hombre que ha acompañado a Esperanza Aguirre durante casi toda su vida politica.

La ha ex-presidenta llegó en su coche particular acompañando al que ha sido su mano derecha y persona de su máxima confianza. Los esperaban los dos anteriores presidentes de la Comunidad, el socialista Joaquín Leguina y el popular Alberto Ruiz- Gallardón. El primero se lleva mejor hoy con los representantes del PP que con los suyos del PSOE, sobre todo tras la etapa de Rodríguez Zapatero - que le arrojó al espacio exterior del socialismo - y los "cariños" que recibió por parte de la líder esa; y el segundo ha hecho definitivamente las paces con la que fuera rival en sus aspiraciones a gobernar España, y los dos han vuelto a "encontrarse" desde los lejanos dias de su condición de concejales del Ayuntamiento madrileño. Tambien estaban Ana Botella y Cristina Cifuentes, una preocupada por sus prisas en solicitar un Congreso extraordinario de su partido con el adiós de Esperanza aún fresco sobre los adoquínes se la Puerta del Sol; y la otra con la vista y el oído puestos en el dispositivo policial de la plaza de Neptuno.

Muchas historias políticas y personales que se han dado cita para un cambio en la politica madrileña que contiene todos los ingredientes de la Villa y Corte: por un lado el aspirante que consigue el trono que parecía que le estaba vedado, y junto a el la que habido su jefa, el que ha sido su adversario, la que se oponía a su reinado, y la que estuvo a punto de abandonar la función pública cansada de esperar. Por otro lado, la oposición, que se reservaba un pequeño minuto de homenaje a la historia de un hombre que dedicó a la política casi ochenta años de su vida y que tiene en Madrid el amor y el odio a partes iguales, Santiago Carrillo.Tenía que ser Gregorio Gordo el que pidiese la palabra y el minuto de silencio, y tenía que ser el presidente de la Camara, Ignacio Echeverría, el que se lo denegase. Se cumplió el guión y los diputados de la izquierda se pusieron en pie y en silencio mientras Echeverria arrancaba el motor de la investidura. Si la actuación del PP responde a los tiempos que vivimos, la de los representantes de UPyD demuestra que la consigna francesa de "laissez faire, lessez passer" está mas viva que nunca.

El nuevo presidente de la Comunidad de Madrid tuvo la suerte de que Mariano Rajoy prefiriera a Rodrigo Rato para llevar las ríendas de Caja Madrid, antes de convertirse en Bankia y que estallara la situación financiera de siete Cajas, siete que están a la espera del dictamen de Oliver Wyman. Hoy estarìa muerto políticamente y fuera de cualquier proceso sucesorio. Un disgusto, un mal sabor de boca, una decepción tras dedicarle muchas horas a pactar y convencer a la izquierda y a los sindicatos, que han encontrado la recompensa allí donde muy pocos la esperaban. Fundamental en ese proceso el apoyo dirécto y sin fisuras que le ha dado la secretaria general del PP y presidenta de Castilla la Mancha, María Dolores Cospedal, a la que Gonzalez llevó al Gobierno de la Comunidad antes de que Rajoy la convirtiera en la número dos del partido.

Bajo el caparazón de duro que le envuelve, Ignacio Gonzalez dejó ver su corazón, su historia, su pasado y su futuro. Tenía reservadas las lagrimas para su "jefa" y se las entregó en directo. Llegar a la meta tras sortear pinchazos, pendientes de montaña y pruebas contrarreloj durante veinte años, bien merece que la emoción te contraiga el alma y la palabra. En el discurso solo podía haber continuidad en una gestión que ha llevado a cabo como el primero de los fieles. Ya vendrán los cambios en personas y estrategia, necesarios por muchas cosas, obligados y decididos por
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