Queda menos de un mes para la primera cita electoral que será en Extremadura, el 21 de diciembre, la antesala de una Navidad que se presenta movidita con todos los casos pendientes en el ámbito judicial y la resaca de la condena del fiscal general Alvaro García Ortiz. Allí se podrá comprobar si es verdad, como afirman los sanchistas, si los varapalos judiciales más que hundir al PSOE lo afianzan o si por el contrario, el proceso contra su hermano David va a hundir a los socialistas en un territorio donde siempre han ganado hasta las elecciones autonómicas de 2023.
El PP de Feijóo también se la juega porque si María Guardiola no consigue mejorar sus resultados de mayo de 2023 donde logró la hazaña de igualarse con el PSOE, 28 escaños cada uno, pero quedó atada al apoyo de los 5 diputados de Vox, lo que llevó a una guerra sin cuartel entre los dos partidos de la derecha hasta el punto de que estuvo a punto de no ser elegida, lo que hubiera dado la presidencia al socialista Guillermo Fernández Vara que sí contaba con los 4 votos de Podemos.
Guardiola necesita sacar dos diputados más, al menos, para poder negociar mejor con Vox o que el PSOE se hunda y la suma de las izquierdas no alcance esos 30 diputados con lo que la lideresa popular extremeña podría ser elegida en segunda votación. La realidad es que en los dos años que ha estado al frente de Extremadura, Guardiola se ha convertido en una de las baronesas más cercanas a Feijóo y ha aumentado gradualmente su popularidad en la región.
La campaña de Sánchez en Extremadura ha comenzado con mal pie ya que su candidato, Miguel Angel Gallardo, ex presidente de la Diputación Provincial de Badajoz entre 2015 y 2025, cuando firmó el contrato a David Sánchez que provocó la intervención judicial, para luego dejar ese cargo y convertirse en diputado para intentar evitar su imputación, cosa que le dejó en muy mal lugar frente a los ciudadanos extremeños. Finalmente el juez lo imputó y estará en el banquillo de los acusados, junto a David Sánchez, en febrero de 2026.
Vox y Podemos, por su parte, también se someten a la primera votación importante. Los de Abascal pasaron de cero diputados a cinco. en mayo de 2023, mientras que los de Belarra conservaron a duras penas los 4 escaños que tenían en el parlamento extremeño.