Durante tantas horas juntos es impensable que “la banda de los cuatro” no tuvieran conversaciones sobre su principal afición, porque los puteros de raza necesitan relatar sus fechorías entre risotadas.
Hablaban de las señoras putas de las que eran clientes compulsivos, y en ese dialogo de machos sudados, imagino a Pedro Sánchez contándoles, para no desentonar, que la familia de su mujer gestionaba un negocio de prostitución masculina.
Todo apunta a que Sánchez no ha podido sorprenderse ni de las aficiones sexuales de los miembros de su banda, ni de la pasión por el dinero fácil de personajes que antes de entrar en política eran unos pringaos sin perspectiva de triunfar en la vida, ni siquiera robando, porque resulta más fácil enriquecerse en la cobrando en negro.
Hoy, Pedro, el falso doliente, ha escrito una carta a la militancia que a estas horas sigue tragando sapos, en la que dice que está sufriendo “una operación de demolición moral” cuando es imposible que a día de hoy aun conserve algo de ese valor que ha dilapidado a marchas forzadas.
Pedro Sánchez guarda silencio sobre la acusación pública que ha hecho Víctor de Aldama a Begoña Gómez acusándola de guardar al menos SEIS MILLONES DE EUROS en diferentes Bancos de paises especializados en evasores fiscales de dinero sucio.
Aún quedan por conocerse más noticias sobre la corrupción de la banda de Sánchez y algunos de sus colegas en la política y en el crimen.
Un saludo a los votantes del PSOE.