Ayuso tiene que pasar página frente a Bildu o se quedará aislada
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Ayuso tiene que pasar página frente a Bildu o se quedará aislada

martes 23 de abril de 2024, 19:57h

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La presidenta madrileña ha demostrado muchas veces su capacidad mutante y su rapidez para hacerlo. Es una de sus características, una de las que mejor la definen junto a la audacia y la rapidez de reflejos. Tras los comicios vascos está obligada a demostrar su instinto político y abandonar sus deseos de ilegalizar a Bildu. Era un camino imposible en el que su propio partido le había dejado en soledad. Jurídicamente era inviable, ahora lo es aún más y están las elecciones catalanas a la vuelta de la esquina, con la CUP como heredara del radicalismo más nacionalista y de izquierdas.
Los datos salidos de las urnas vascas son contundentes por si solos. Bildu logró en el conjunto de Euskadi veinte escaños más que el PP y 210.000 votos más que el partido en el que milita como destacado dirigente la presidenta madrileña. Provincia a provincia los resultados son muy similares. En Vizcaya, Bildu tuvo 8 concejales y 210.000 votos mientras que el PP se quedaba en dos asientos parlamentarios y 21.722 votos. En Guipúzcoa la formación independentista y “heredera de ETA “ en palabras de Díaz Ayuso, logró once escaños y 136.301 papeletas, por uno del PP y una diferencias de 125.000 votos. Por último, en la más pequeña y menos poblada de las tres provincias pero con el mismo número de escaños en juego, el Partido Popular conseguía 24.298 votos y cuatro escaños y Bildu el doble en todo.

En Cataluña puede pasar lo mismo, con la diferencia de que el castigo en el País Vasco a los partidos de carácter estatal y español puede disminuir con el papel del PSOE representado por el ex ministro Illa, pero no así el del PP salvo que consiga arrinconar a Vox y hacerle perder el apoyo que consiguió en 2021. Con este panorama Díaz Ayuso está obligada a buscar otros argumentos para combatir al PSOE, sobre todo en Madrid, que los hay y muchos. Estamos en otras batallas, que tendrán que fijarse más en los impuestos, en la sanidad, en la educación, en el urbanismo, en las pensiones, en todos los temas que afectan de forma directa al ciudadano y a su forma de vida y sus esperanzas de futuro.

La Comunidad de Madrid, al igual que las otras trece que aparecen en la Constitución por un camino distinto a las llamadas “históricas”, desde Cataluña, Euskadi y Galicia hasta la novedosa Andalucía, puede encabezar la lucha por la igualdad, sin “pagos a los siglos pasados”. En este siglo XXI, más globalizado que nunca no se pueden mantener diferencias entre los ciudadanos por razón de su nacimiento o lugar en el que vivan. Si estamos aceptando y protegiendo a una inmigración masiva - tanto regular como irregular- y la estamos dotando de derechos, aparece como un anacronismo defender las ventajas de unos territorios sobre otros. La alternativa es “viajar” hasta las taifas árabes o los reinos cristianos que se alargaron hasta el siglo XVIII. Y perdernos.

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