Los dos forman parte del comisariado político de Sánchez, al más puro estilo estalinista contra la Presidenta de la Comunidad de Madrid porque no soportan que tenga mayoría absoluta y pueda pasearse por las challes sin que nadie la abuchee.
Los antecedentes de Puente y García les acreditan como idóneos para maridar con el Presidente del gobierno porque en vez de centrarse en sus ministerios, en los que hay mucha faena por hacer, actúan como hooligans británicos, ahítos de cerveza después de un partido.
Madrid es el espejo en el que no quiere mirarse Sánchez. Aquí hay una mayoría absoluta que él jamás alcanzará, una forma de vivir la tolerancia y la libertad que desconoce y un buen rollo entre diferentes que su sectarismo no soporta. Les provoca dolor de estómago que presida esta Comunidad una mujer que tiene voz y reconocimiento en cualquier lugar de España.
Si yo no viviese en Madrid me vendría a esta Comunidad, donde el mestizaje, la tolerancia, la riqueza cultural e ideológica, la iniciativa y las oportunidades se multiplican frente a la presión fiscal y la falta de libertades políticas o lingüísticas de otras comunidades donde para poder trabajar no basta con saber el castellano.
El miedo a la libertad está en la acera de enfrente en la que el hooligan preferido de Pedro Sánchez se pasa el día bloqueando en las redes sociales a cualquiera que le lleve la contraria, porque por si ustedes no lo habían notado, tanto él como ella son dos demócratas ejemplares.
Hasta ahora evitaban escuchar las criticas dejando el banco azul vacío durante las sesiones del control al ejecutivo o negándose a responder a las preguntas de los periodistas, pero les ha parecido poco
Si (
No(