El calvario de 50 días de Pedro Sánchez para ser presidente
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El calvario de 50 días de Pedro Sánchez para ser presidente

martes 03 de octubre de 2023, 00:37h

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Tiene de plazo hasta el 26 de noviembre para que una mayoría suficiente del Congreso apruebe su investidura. En el peor de los escenarios. Esa fecha marca los dos meses que tienen los partidos políticos para negociar los votos y lograr que salga a un presidente del Gobierno o asumir que se celebrarán nuevas elecciones el 14 de enero. Desde la primera votación perdida por el candidato Núñez Feijóo, el pasado día 27 de septiembre, el reloj del auténtico calvario para Pedro Sánchez se ha puesto en marcha.

El presidente del PP llegó a Zarzuela para entrevistarse con el Rey y le pudo decir que contaba con 172 votos a favor: los 137 del PP, los 33 de Vox, más los dos de UPN y Coalición Canaria,cuyos representantes confirmaron lo dicho por e candidato. Pedro Sánchez podrá decirle a Felipe VI que cuenta con 157 votos a su favor: los 121 del PSOE, los 31 de Sumar y los 5 del PNV, cuyos portavoces ratificarán esos números. El resto hasta los 178 tendrá que demostrarlo más tarde, en los debates de investidura. El Rey le propondrá como candidato por mandato constitucional pero sin que haya podido escuchar a los representes de 21 asientos en el Congreso.

Ni Gabriel Rufián de ERC, ni Miriam Nogueras de Junts, ni Mertxe Aizpurua de Bildu, ni Nestor Rego del BNG irán a La Zarzuela. Se declaran republicanos y no reconocen a la Monarquía pese a participar desde hace 44 años en el sistema electoral y contar con todas las ventajas políticas y económicas que el propio sistema concede y otorga a las formaciones políticas. Se puede reivindicar la República y pelear por la misma dentro de los cauces democráticos, pero negar a la Jefatura del Estado sus derechos es un insulto al propio sistema, mucho más allá de una simple falta de educación y de aceptación de las normas democráticas de un estado de derecho como el español.

Felipe VI propondrá al actual presidente en funciones, con la incógnita para ambos de lo que terminen haciendo con esos 211 votos esas cuatro partidos, que en conjunto han logrado 1.341.206 votos en las elecciones generales del 23 de julio y que representan al 5,47% de los ciudadanos que acudieron a las urnas. El sistema electoral se fijó en la Constitución de esas manera y salvo cambios en el mismo así seguirá siendo.

Las negociaciones entre los representantes del PSOE y de esas cuatro formaciones políticas, a las que hay que sumar al PNV, que también se declara republicano pero que si mantiene el respeto a la Institución monárquico, comenzó desde el mismo día 24 de julio. Hasta ahora con desigual acierto y con reivindicaciones imposibles de cumplir desde el Gobierno Central tal y como están planteadas. Habrá otros caminos, tanto jurídicos como económicos y hasta estructurales para deshacer el nudo que aprieta la garganta del candidato Sánchez. Promesas por un lado y bajón en las exigencias inmediatas, por otro. Si el día 26 de noviembre, en la última votación posible en el Hemiciclo, no existen más síes que noes, los españoles volveremos a las urnas, sin que nadie pueda asegurar el resultado.

Es seguro que en ese caso el añorado bipartidismo avanzará un poco más, al igual que puede hacerlo la abstención de unos ciudadanos cansados del juego parlamentario de los que han elegido en el mes de julio y que demuestran sus carencias a la hora de elegir entre sus intereses particulares y de partido y los d elos españoles en general. Si duras han sido las tres sesiones de investidura de Alberto Núñez Feijóo, mucho más duras van a ser las de Pedro Sánchez. Y en caso de mantenerse al frente del nuevo Gobierno aún más duro será el trayecto de cuatro años o menos en una Legislatura que se le puede hacer interminable.

De los cuatro grupos que no irán a entrevistarse con Felipe VI, tres de ellos ya han “asegurado” sus 14 votos al líder del PSOE. Insuficientes para ganar a Feijóo, que mantendrá sus 172 como referencia. Es esa última vuelta del nudo, la de Carles Puigdemont y los siete representes de Junts la que tiene que deshacer. Con dos de los siete que lo hagan podrá mantenerse al frente de un Gabinete, con menos miembros - casi seguro - y varias incógnitas de mucha importancia: ¿Quién sustituirá a Nadia Calviño al frente de Economía?, ¿seguirá Fernando Marlasca en Interior?, ¿alcanzará la titular de Defensa, Margarita Robles la categoría de vicepresidenta?. El que Irene Montero se mantenga o no de ministra de Igualdad carece de importancia.

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