España es un país preso de un grave ataque de nervios

España es un país preso de un grave ataque de nervios

lunes 17 de abril de 2023, 20:56h

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La permanente campaña electoral de los partidos políticos, con sus correspondientes encuestas electorales semana tras semana, han logrado que España esté prisionera de un grave ataque de nervios de su clase dirigente. Desde Pedro Sánchez a Alberto Nuñez Feijóo pasando por todos los demás todas sus declaraciones y movimientos se basan y se dirigen a las citas con las urnas. Les da igual que se celebren dentro de mes y medio o un año.
El contagio de esta enfermedad claramente política es general y los ciudadanos sólo contamos con una vacuna para combatirla, pero el virus es tan mortífero en términos culturales y de pensamiento que la administración del fármaco podría destruir al organismo democrático en el que nos movemos. Aquí en España y en el resto de la llamada Unión Europea, pese a que la primera de las dos palabras tenga cada vez menos significado y sea más difícil ver cómo se propaganda la enfermedad.

Los signos del deterioro democrático son evidentes. El presidente francés, Emmanuel Macron, se va de viaje urgente a China para entrevistarse con Xi Jianping para pedirle que intervenga en la imposible pacificación de Ucrania, en estos momentos, y regresa de la visita haciendo un sucedáneo de declaración de independencia respecto a Estados Unidos. Mientras tanto, en su país, el rechazo social a la reforma de las pensiones lanza a miles de manifestantes a las calles, por más argumentos favorables al proyecto que salgan de su Tribunal Constitucional. En ese mismo viaje a la presidenta de la Comisión Europea, la aristocrática Ursula von der Layen, el mandatario chino no le hace ni el más mínimo de los casos. Algo parecido le ocurrió a nuestro presidente del Gobierno, él mismo atrapado en sus citas electorales y sus socios de gobierno, por un lado, y sus compromisos firmados con Estados Unidos y, por otro, con la futura presidencia de la UE por España en el segundo semestre de este mismo año.

En Gran Bretaña a la cándida Liz Trust, que soñó con ser una segunda Margaret Thatcher, se la quitó de enmedio el propio Partido Conservador para colocar en su lugar a un muy rico y culto prmer ministro de origen hindú, casado con una aún más rica heredera del mismo origen y que tributaba fuera de Gran Bretaña. Y en uno de los territorios que integran el Reino Unido, con deseos independentistas, como es Escocia, a la recalcitrante Nicola Sturgeon, le ha sucedido al frente del SNP, el partido que reivindica al histórico Rey Jacobo I, un musulman como es Humza Yousaf. Para cerrar ese círculo británico, en la Irlanda del Norte, renacen hasta con tímidos gestos de violencia los sucesores del IRA. Esa es la herencia que ya ha recibido Carlos III, el monarca que va a recibir a su “primo de sangre”, Juan Carlos I, que pudo asistir al funeral de Isabel II, pero que no podrá estar en la coronación del hombre que más tiempo ha esperado a ser Rey.

Em Italia, mientras su antiguo protector Silvio Berlusconi, vuelve a luchar por su vida en un hospital, la primera ministra Giorgia Meloni intenta cerrar la puerta a los emigrantes que llegan en viejos barcos y hace, junto a Pedro Sánchez, vacías declaraciones de amistad e intereses comunes que nuestro presidente - al igual que Núñez Feijóo - nunca firmaría con Santiago Abascal. Y para no seguir desgranando la lista de ejemplos de “unidad” que nos da Europa cada día, Hungría y Polonia cierran sus puertas a las exportaciones de cereal de Ucrania. Les pueden mandar balas, cañones y tanques pero primero están sus agricultores y luego la solidaridad con el pueblo atacado. El cariño a Volodomir Zelensky se circunscribe a las armas y a mantener lo más alejado posible de sus fronteras a Vladimir Putín. Tanbién a la poderosa Alemania, dispuesta a invertir cien mil millones de euros en Defensa y que asusta tanto a Mateusz Morawiecky como a Victor Orbán y, sin decirlo tan claramente a los tres países nórdicos.

La posición de Españan esta parte del tablero mundial es esencial. Pedro Sánchez utiliza esa baza estratégica mucho mejor que sus oponentes de la derecha y la izquierda. Poco o nada tiene que ver con el resto de sus compañeros del PSOE ( un poco y cada vez menos con Rodríguez Zapatero ) que tienen la vista puesta en ese 28 de mayo al que tanto temen. Ni García Page, ni Lamban, Ni Puig ven más allá de sus territorios. Su mundo empieza y termina dentro de Castila la Mancha, de Aragón y del País Valenciano. La única presidenta que se juega su puesto a finales del mes próximo, que ya ha probado la miel del Orden Mundial, está al otro lado de la red vestida de azul y se llama Isabel Díaz Ayuso. Incluso élla es capaz de hacer un video promocional desde la plaza de toros de Las Ventas, bien pensado pero muy mal ejecutado. Los taurinos son cada vez menos y los planos de los rostros de los allí convocados sobre el albero no inducían precísamente al voto.

Los nervios políticos, que son producto de la enfermedad contangiosa del poder, aparecen en las soluciones y propuestas que se hacen dede el poder. Ante un problema sin resolver desde hace años y que ha empeorado en las últimas tres Legislaturas, desde el Gobierno se lanza la idea de convertir la SAREB, uno de esos escándalos sumergidos en el abandono, en la mayor empresa de alquiler barato de España, sin medir las consecuencias que tendrá en el resto del sector inmobliario; al igual que se hace el “baile de la yenka” - que conocerán los más veteranos - en una empresas estratégica como es Indra; o se utiliza a otra empresa como es Ferrovial para utilizarla electoralmente como un ejemplo de la falta de conciencia patria de los poderosos mientras se defiende la necesidad de una Europa transnacional más unida en torno a las leyes comunes en los temas económicos y fiscales. Siempre que no se toque a ese semi paraiso fiscal que son los Países Bajos, claro.

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