Los 312.536 votos que consiguió Ciudadanos y sus once concejales sirvieron en 2019 para que la derecha recuperara el gobierno que le había arrebatado cuatro años antes Manuela Carmena. Más Madrid consiguió 19 asientos en el Consisterio, el Partido Popular se quedó en 15 y si bien los ocho del PSOE sumaron uno más para la izquierda, los 4 de Vox con Ortega Smith de cabeza de lista decidieron el resultado final.
Hoy, de cara a la Primavera de 2023, la batalla por conquistar la plaza de la diosa Cibeles y sus dos leones está más igualada. En buena medida sumará o restará votos a los rivales autonómicos de Isabel Diaz Ayuso. Una buena razón pora que tanto el socialista Juan Lobato como la representante de MM, Mónica García, busquen un buen o buena compañero de viaje hasta las urnas.
Si el partido que dirige Iñigo Errejón mantiene a Rita Maestre como abanderada, una vez que Carmena y los más fieles de los suyos dieron un paso atrás tras la pédida del poder, logra que se sumen en una candidatura conjunta los disgragados de Podemos e Izquierda Unida, las posibilidades de la izquierda habrán aumentado frente a lo que creen un liderazgo debilitado como el de Martínez Almeida, un compañero de partido al que Ayuso no puede cambiar y al que no tendrá más remedio que apoyar por interés personal de cara al futuro. La capital del Reino es uno de los grandes escaparates de la política nacional y gobernarla es la mejor de las recmpensas posibles.
En esa importancia radica el retraso de los socialistas en designer a la persona - parece que será una mujer y actual ministra - que acompañará a Juan Lobato en la otra batalla, la autonómica, en la que tras los resultados electorales de 2021 parece muy difícil que haya cambio de color en la otra plaza emblemática como es la Puerta del Sol, sede del gobierno regional. El punto débil de la indudable lider del PP, con caracter nacional y capaz de eclipsar a Núñez Feijóo, está en la Sanidad y en su consejero, Enrique Ruiz Escudero, que no logra convencer ni al estamento sanitario, ni a los madrileños de las medidas que está tomamdo para atajar el mal funcionamento de los centros de salud y la atención primaria en la Comunidad.
La presidenta y su equipo, junto a la dirección nacional del PP, tienen que aceptar con la estrategia a desarrollar sobre Ciudadanos. Puede intentar que desaparezca como fuerza política, al igual que lo conseguido en otras autonomías, ofreciéndole a Villacís que mantendría su actual puesto de vicealcaldesa y un buen tratamiento en el resto de puestos del Ayuntamiento, con el riesgo de que la suma de los votos no se traslade a la adjudicación de concejales, algo similar a lo que puede ocurrir con el Vox de Santiago Abascal; o puede pactar de cara a acuerdos futuros el mantenimiento de la marca de Ciudadanos para que ese votante de centro liberal no se traslade a otros partidos o se incline por ls abstención.
La ventaja del Partido Popular sobre el resto de las fuerzas política está en la presidenta. Isabel Díaz Ayuso a ventaja al resto de rivales en popularidad y votos en las urnas, tal y como ya ha demostrado, y es la mejor de las bazas que tiene el actual alcalde para mantener el enorme palacio de Cibeles bajo su dominio.
Debilitar a la dirigente popular de forma personal o a través de su equipo de gobierno es dar pasos para conseguir el poder, sobre todo cuando el PSOE, como partido claramente perdedor en 2019, al quedar en el cuarto puesto en el Ayuntamiento, es casi imposible que acepte como cabeza de lista de una hipotética coalición a otra persona que no sea la que elija antes de que finalist este mismo mes Pedro Sánchez, ya sea una ministra u otra personalidad de alcance nacional, que es lo que de verdad lleva buscando desde hace meses.
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