Los presidentes turco, Erdogan, y francés, Macron, enfrentados.
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Los presidentes turco, Erdogan, y francés, Macron, enfrentados.

Guerra abierta entre Macron y Erdogan

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Por Carlota Pérez / Atalayar

La lucha del presidente francés contra el islam radical abre un cisma con los países árabes y varias naciones árabes han comenzado un boicot a los productos franceses

La firme decisión del presidente francés, Emmanuel Macron, de defender uno de los pilares de las democracias liberales: la libertad de expresión, con sus declaraciones de “no renunciar a la publicación de las caricaturas” de Mahoma, ha generado una tensión entre el país galo y los países árabes.

Macron realizó estas declaraciones el miércoles durante el homenaje al profesor Samuel Paty, decapitado por un joven checheno y adepto al islamismo radical.

Turquía, Irán, Jordania o Kuwait denunciaron las publicaciones de las caricaturas del profeta en la revista satírica Charlie Hebdo -que hace cinco años sufrió un atentado terrorista- y en los últimos días se multiplicaron las llamadas en las redes sociales para boicotear los productos franceses.

En Qatar, las cadenas distribución Al-Meera y Suq al-Baladi anunciaron que “retirarán” los productos franceses de sus tiendas. La Organización de Cooperación Islámica también criticó “las declaraciones de algunos dirigentes franceses (…) susceptibles de perjudicar a las relaciones franco-musulmanas”.

En Arabia Saudí, los ciudadanos respaldaron una campaña a través de las redes sociales para dejar de comprar en la cadena de supermercados gala Carrefour; y en Kuwait, la ONG Unión de Sociedades Cooperativas de Consumidores retiró de más de 70 establecimientos varios productos de belleza fabricados por empresas francesas, según la agencia de noticias AFP.

Además, unas 200 personas se manifestaron el sábado por la noche delante de la residencia del embajador francés en Israel para denunciar las declaraciones de Macron, mientras que en la Franja de Gaza también hubo protestas en las que se quemó la imagen del presidente francés.

"Estos llamamientos al boicot son infundados y deberían cesar de inmediato, así como todos los ataques contra nuestro país, que están siendo impulsados ​​por una minoría radical", informó el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia en un comunicado este domingo.

Guerra abierta entre Erdogan y Macron
Los ataques más duros los hizo el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que aseguró que Macron “necesita terapia mental” debido a su “actitud hacia los musulmanes”.

El Elíseo respondió que “la indignación y el insulto no son un método” y, en respuesta a las tensiones que van en aumento, llamó a consultas al embajador francés en Turquía, un gesto que fue respaldado por la Unión Europea.

El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, expresó, a través de su cuenta de Twitter, su apoyo a París y criticó las palabras “inaceptables” de Erdogan, por lo que hizo un llamado a Ankara para que detuviera “esta espiral peligrosa de confrontación”.

El jefe de la diplomacia europea también recordó que, si en la Cumbre Europea a principios de octubre se propuso relanzar las relaciones con Turquía, es necesaria “una voluntad política de las autoridades”, porque, de lo contrario, “Turquía estará aún más aislada”.

El Colectivo contra la Islamofobia en Francia (CCIF) denunció ante el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de las Naciones Unidas el proyecto de ley presentado por Macron para combatir las ideas “extremistas”, así como los intentos del Gobierno francés por cerrar asociaciones y ONG musulmanas.

El CCIF también criticó al ministro del Interior, Gérald Darmanin, por sus declaraciones en las que amenazó con cerrar el colectivo.

El violento asesinato al profesor francés reabrió el debate en Francia sobre el “separatismo islamista”. “Debemos atacar el separatismo islámico. El laicismo está en los cimientos de Francia”, dijo Macron en un discurso el pasado 2 de octubre.

Hace unos días, el presidente galo dio a conocer la propuesta de una ley que evitaría la radicalización de las comunidades más vulnerables. “El islamismo radical, al crear leyes por encima de las que existen actualmente en el país, es un peligro para Francia porque algunas veces se traduce en una contra sociedad”, dijo Macron.

El polémico proyecto de ley, que será presentado en diciembre, incluye entre otras normas: una vigilancia más estricta de las organizaciones deportivas y otras asociaciones para que no se conviertan en un foco de radicalización; el fin del programa de intercambio de imanes extranjeros que llegan al país galo; la fiscalización de los métodos de financiación de las mezquitas y ciertas restricciones a la educación en el hogar.
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