Quemados y Quemadillas

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Según los expertos en la ceniza no hay manera de localizar el ADN salvo que localicen un diente. Entonces será verdad que sobran cenizas, y cenizos, y nos falta encontrar un rumbo bien entre los restos calcinados de Las Quemadillas o entre los rescoldos de la política nacional. Todo incendio de grandes dimensiones tiene carácter bíblico y nos hemos pasado el verano saltando de llama en llama sin explicarnos por qué los incendios han sido tan pavorosos y por qué la tierra se ha quemado sin que pudiéramos remediarlo. Amargo verano de ceniza, postales de Sodoma y Gomorra.
El concepto de quemado lo podemos extender por toda la escala social que anda revuelta por los recortes económicos y porque no todo el mundo comparte el entusiasmo en el futuro del presidente del Gobierno. Esta manera de gobernar de Rajoy que no termina de tomar una decisión, (el jueves Merkel quiere que cuente de una vez si pide el rescate. A Merkel se le acaba la paciencia), provoca una reacción en cadena entre la sociedad y genera el descontento en masa, uno a veces no puede caminar por la acera porque la cubre el descontento. Ceniza también allá dónde un cargo público intenta hablar en un acto como ha pasado al inaugurar el curso universitario en Madrid. El clima de incendio, de malestar bronco, es responsabilidad directa del gobierno que no acierta ni cuándo se equivoca. Por lo tanto mal arranque de curso este cuándo lo que no arde se calienta y lo que no prende huele a quemado.

No es la primera vez que España pasa por dificultades pero sí es novedad que hayamos perdido los valores de cohesión en los que nos habíamos apoyado. El espectáculo de las deudas de las comunidades autónomas que piden el rescate clama al cielo de autónomos y pequeños empresarios que se ven ahogados por adelantar un IVA que ellos no cobran. El dinero llegará a las entidades bancarias pero allí se queda en el agujero negro de nuestro sistema financiero. Generar empleo en España es hoy tan utópico como pisar el suelo de Marte. La confianza es otro de los conceptos perdidos en nueve meses de gobierno y eso lo deberían repasar porque es la parte central del motor de la economía.

Lo que no es hoguera se convierte en show televisivo y así tenemos el espectáculo de Las Quemadillas convertido en circo de verano en el que cualquier idiota tiene su opinión y dónde el Ministro del Interior prolonga la confusión cada vez que interviene, (Fernández es otro de los profetas de la incertidumbre). Esa finca de Córdoba es punto de reclamo turístico en la ruta del morbo.

Analizado con frialdad quizá el rostro del ecce homo pintado por la restauradora Cecilia sea nuestra verdadera cara de pasmo reflejada en el espejo de lo cotidiano.
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