El arbitro de la mano floja

lunes 23 de mayo de 2016, 20:11h

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Estuvo a punto de cargarse la final más competida de los ultimos años. Del Cerro Grande no lo consiguió pese a sacar quince tarjetas en un partido sin especial dureza por parte de Barcelona o Sevilla.
Si las dos rojas directas a Mascherano y Banegas fueron justas pues tanto Gameiro como Neymar se quedaban solos delante de la porteria rival, las otras trece obedecieron a un exceso de celo y de querer imponer la autoridad por encima de todo.

El árbitro de la final de la Copa del Rey tuvo una noche de mano floja, de ecesivo amor a las tarjetas amarillas: nueve para el Sevilla, cuatro para el Barcelona. Si se mirasen las estadisticas se pensaria en un juego cargado de faltas, de entradas duras. Las hubo pero la mitad de la mitad de lo que aparecen en las. Artulinas que salieron del bolsillo arbitral.

Del Cerro se paró a tiempo, salvo en la doble amarilla, ya al final, a Carrico, una por falta y otra por protestar. Si hubiera mantenido el ritmo, ambos equipos habrían llegado a la pròrroga con ocho jugadores cada uno. Un recital que no impidiò el verdadero acüstico que dieron Iniesta y Messi. El primero dominó el escenario y el segundo dió los dos pases de gol que llevaron a los qzulgranas al ansiado doblete.

El sábado esperemos que el colegiado de Milán no imite a su colega del Manzanares y deje jugar sin presione, ni tarjetas añadidas. El espectáculo que dieron Bacelona y Sevilla es el mejor ejemplo para Madrid y Atlético. Fútbol, tensión, emoción, incertidumbre hasta el final. Es lo que queremos para la final europea. El domingo, barcelonistas y sevillistas dejaron claro que podían ser ellos los que disputaran la Champion.
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