La presidenta de la Comunidad de Madrid y presidenta del PP autonómico tiene el perfil y las características que le faltan a Feijóo, sin que tengan que competir a la hora de elegir al futuro candidato para los comicios generales. La cercanía de Ayuso hacia sus votantes está demostrada, al igual que su dureza a la hora de confrontar con Pedro Sánchez y su Gobierno. Para completar el escenario, la segura del presidente andaluz es esencial: no era fácil conseguir la mayoría absoluta en un territorio que llevaba siendo predominantemente socialista desde la llegada de la democracia.
No deja de ser una “broma” de la historia política de este país y de la derecha que dos candidatos elegidos por el anterior presidente del PP, Pablo Casado, con la idea de que iban a perder frente a la izquierda , sean los que se han convertido en las dos grandes bazas de Feijóo de cara a lograr su ansiada mayoría absoluta, ya sea en solitario o con la ayuda ineludible de Santiago Abascal. Los votos que le faltaron en 2023 y que, frente a los pactos que logró Pedro Sánchez por su izquierda y con los nacionalistas vascos y catalanes, le impidieron sentarse en el sillón de La Moncloa, estarán a su alcance si consigue transmitir ese mensaje de unidad y soluciones políticas frente a la crisis de identidad de la izquierda global.
El esquema que tiene la actual dirección del PP no funciona, esa es una realidad palpable y demostrable. Ni Cuca Gamarra, ni Miguel Tellado, ni Alicia García, ni la suma de todos los vicesecretarios generales elegidos por Núñez Feijóo logran acercarse a su electorado. No será suficiente con un programa que proponga soluciones a la crisis energética, a la crisis emigratoria, a la crisis financiera, a la crisis sanitaria y a la crisis de defensa, con ese cinco por diento del PIB que ya está exigiendo el secretario general del OTAN; en un marco internacional al donde las poñíticas y forma de hacer de Donald Trump están triunfando, al margen de sus formas de hablar y de dirigirse al resto de mandatarios.
El presidente del Partido Popular tiene que dejar a un lado sus evidentes complejos de representar a la derecha española y entender que en el escenario global se pagan más las dudas que los errores. Si mira a Pedro Sánchez y su posición a nivel internacional se derá cuenta de ello. La Europa de los 27 va a ir pactando con Trump, de la misma forma que lo ha hecho Gran Bretaña con el tema de loos aranceles, y de la misma forma que lo están haciendo los países árabes, desde Arabia Saudí a Siria; de la misma forma que lo hicieron Israel y Marruecos; y de la misma forma que lo terminarán haciendo la Ucrania de Zelensky y la Rusia de Putin. Y así hasta la China de Xi Jianpin. La realidad geoestratégica de España es una ventaja, si se sabe aprovechar.
En esa asignatura Feijóo puede adelantarse a su gran rival, que tiene dentro del PSOE a sus peores adversarios, o seguir confiando en el desgaste judicial y personal de Sánchez para convertirse en presidente del próximo Gobierno de España. Las imágenes que salgan del Congreso de primeros de junio deberían centrarse en un “falso” triunvirato, con Alberto Núñez Feijóo y sus dos nuevos vicepresidentes del partido, Isabel Díaz Ayuso y Juan Moreno, a su derecha y sus dos nuevos izquierda. El resto no tendrá importancia.
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