Siempre nos quedará París Rey Felipe
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Siempre nos quedará París Rey Felipe

martes 07 de junio de 2022, 00:14h

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A Felipe VI, durante unas horas lejos de tantos golpes políticos y familiares, siempre le quedará París, la ciudad de la que partió para reinar en España el primero de los Borbón, y en la que nuestro Rey ha podido, en 37 días, disfrutar de dos triunfos españoles, los dos con el número catorce como número de la suerte. El primero tuvo lugar en uno de los barrios más conflictivos de la capital francesa, el de Saint Denís; el segundo en el elitista complejo de Roland Garros.

Si el primero fue un triunfo de un equipo multirracial, en el que tan sólo uno de los jugadores era español, el segundo ha sido y es la mejor representación de lo que debería ser España. Los dos representan el mismo espíritu de sacrificio ante la adversidad, las mismas ganas de lucha hasta el final, la misma capacidad de ilusionar bajo el nombre de España a millones de personas en todo el mundo. Real Madrid y Rafael Nadal son hoy la auténtica “ Marca España”, muy alejados ambos de la burocrática y poco afortunada experiencia gubernamental con Carlos Espinosa de los Monteros al frente.
Reyes que se niegan a firmar sus propios testamentos, cardenales que conspIran entre dos Reinas, esposa una, madre la otra, las dos Marianas que no se soportan, un Rey sucesor que muere de forma repentina con apenas siete años, nobles de cambian de bando, tropas alemanas y francesas que se despliegan por España dispuestas a defender los derechos de sus señores… no podemos decir que la dinastía de los Borbones lo tuviese fácil para llegar al trono español, más bien todo lo contrario y sobre la aceptación de un reparto de lo que iba quedando de la que fuera primera potencia del mundo.
Ganó aquel París versallesco de hace 300 años y ha ganado en Paris la España valleinclanesta de estos días. Sin despliegue de tropas pero tan necesitada de los acuerdos europeos como la de comienzos del siglo XVIII. Emmanuel Macrón nunca será Luis XIV, pero le gustaría, ni el canciller Scholtz podría representar el papel de Leopoldo I, pese a haber logrado a la sombra de la guerra de Ucrania poner en marcha a la futura potencia militar de la Unión Europea, una aspiración que todos los gobiernos alemanes, de derechas y de izquierdas, democristianos y socialdemócratas llevan buscando desde que terminara la II Guerra Mundial. Tampoco el cardenal Osoro podría tener el poder y los medios que tuvo el también cardenal Portocarrero. El Papa Francisco sí ha aprendido de Inocencio XII como moverse por los negros pasillos del Vaticano.
Para entender a Felipe VI hay que repasar todas la historia de sus antepasados. Los Borbones, como familia Real, se diferencia del resto de todas las familiares Reales europeas. Nacidos en Francia sólo han sobrevivido en España, perdiendo por el camino todo el poder y riqueza que atesoraron. Sin distintos de sus “primos” británicos, holandeses, belgas, luxemburgueses… y el hijo de Juan Carlos I si algo conoce muy bien es su propia historia. Tal vez por ello escaparse a Paris y poder sonreir con dos victorias deportivas le aleja de las peleas de sus propia Corte madrileña.
A su antepasado, que se mantuvo en el poder durante 46 años, el que fuera uno de los últimos Reyes de Francia, Luis XIV, le regaló un trono. Desde el palacio de Versalles donde nació uno, al palacio de La Zarzuela donde nació otro, hay una diferencia infinita, la misma que existe entre el Sena y el Manzanares, el Sacré-Coeur y la Almudena o el Louvre y El Prado. Distancias infinitas.
En estos dias de tensiones con casi todo el mundo, con millones de refugiados, comportamientos fascistas y totalitarios, persecuciones de disidentes y miles de muertos en la Europa Central; con España embarcada en una travesía muy peligrosa a medio plazo por sus vavivenes de la politica con Marruecos, puede que en el palacio de La Zarzuela estuviera bien organizador una sesión de cine forum para ver Casablanca y con la canción “ As Time Goes Bay” escuchar las palabras que el Rick descreido, cínico y ex combatiente en nuestra Guerra Civil le dice a su recobrada y vuelta a perder Ilsa: “ siempre nos quedará París”. Luego a los dos les envolverá la niebla.
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