Bombarderos rusos y los misiles antiaéreos de la OTAN

jueves 13 de octubre de 2016, 05:59h

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Los dos bombarderos Tupolev 160 que sobrevolaron el pasado 22 de septiembre la costa norte de Europa hasta la altura de Bilbao pusieron a prueba la capacidad defensiva de misiles antiaéreos de la OTAN, según medios de inteligencia europeos. Los aviones portaban el sistema de guerra electrónica “Richag-AV” capaz de cegar los radares y alterar los sistemas de guiado de los misiles. Se trata de un hecho sin precedentes desde la Guerra Fría que muestra el peligroso grado de enfrentamiento al que han llegado Rusia y Estados Unidos.

Los dos “cisnes blancos” TU-60 (como se denomina a este modelo de bombardero estratégico fabricado por Tupolev) sobrevolaron el pasado 22 de septiembre el norte del continente europeo. En total 8.000 kilómetros en los que atravesaron las costas de Noruega, oeste de Reino Unido, Francia y España. Llegaron hasta el Golfo de Vizcaya, a la altura de Bilbao, desde donde se dirigieron a Irlanda para emprender el regreso a sus bases rusas. Cada país concernido lanzó al aíre parejas de interceptores que se fueron turnando durante el sobrevuelo de sus respectivos espacios aéreos, sin mayores consecuencias.

Los dos TU-60 incorporaban el sistema de guerra electrónica “Richag-AV” que Rusia ha probado con éxito en Siria

La operación de la aviación estratégica rusa no tiene precedentes desde la Guerra Fría y ha desencadenado todo tipo de especulaciones. Es evidente que forma parte de la escalada en el enfrentamiento entre la OTAN y Rusia. Desde la guerra de Ucrania y la adhesión de la península de Crimea por Moscú, unos y otros acumulan efectivos en las fronteras del Este de Europa, se suceden los ejercicios militares y los vuelos por espacios aéreos críticos.En paralelo al “pulso” militar también se produce el diplomático y político, fundamentalmente entre Moscú y Washington en una dinámica de causa-efecto donde las partes argumentan que se sienten agredidas y su defensa nacional amenazada. Llega un momento en el que es enormemente difícil deslindar la propaganda y la desinformación de los hechos objetivos.

“Cegar” los radares

En el plano estrictamente operativo, los servicios de inteligencia europeos estiman que los dos TU-60 estaban probando equipos electrónicos de última generación capaces de “cegar” los radares y sistemas de posicionamiento de los misiles antiaéreos de la OTAN, tanto en tierra como embarcados.

En concreto, el sistema de guerra electrónica “Richag-AV” del que su fabricante, la empresa rusa Radio-Electronic Technologies Concern (KRET), asegura “se puede montar en cualquier equipo militar y no tiene equivalente alguno en el mundo”. Al parecer, deja “ciegos” los radares de cualquier sistema de misiles aire-aire y tierra-aire, altera los sistemas de guiado e interfiere las imágenes de satélite. Este sistema ha creado una burbuja de 600 kilómetros de diámetro alrededor de la base rusa de Latakia (Siria), según webs especializadas.

El jefe de la OTAN, general Breedlove, mostró su preocupación por la efectividad de los nuevos sistemas rusos de defensa aérea

El anterior jefe militar de la OTAN, general Philip Breedlove, reconoció la efectividad del sistema utilizado por los rusos: “Estamos preocupados por estas capacidades de defensa aérea tan efectivas en Siria que no están enfocadas sobre el Estado Islámico, sino sobre otros objetivos”.

En abril y noviembre de 2014 cazabombarderos rusos SU-24 llevaron a cabo en el mar Negro ataques de guerra electrónica contra el destructor norteamericano “USS Donald Cook” integrado en el escudo antimisiles, uno de los cuatro buques de estas características basados en Rota (Cádiz). Al parecer, los Sukhoi logaron neutralizar el sistema de combate Aegis, fabricado por Lockeed Martin, que utiliza potentes radares y computadoras para rastrear decenas de blancos y dirigir sus misiles contra ellos.

Con estos antecedentes, los dos bombarderos Tupolev que recorrieron la costa norte de Europa llevaban integrados alguna versión del sistema “Richag-AV” con la que pusieron a prueba los sistemas de defensa antiaérea de la OTAN, según los citados medios de inteligencia.

Estados Unidos y Rusia han llegado a un grado de enfrentamiento sin precedentes desde la Guerra Fría

Nuevas sanciones contra Moscú

Este clima de enfrentamiento militar se ha visto agudizado por la ruptura (5 de octubre) del acuerdo de cooperación en investigación nuclear y energía entre Rusia y Estados Unidos, calificado por el Departamento de Estado de “verdadera tragedia”. Putin ha contestado de esta forma tan drástica al aumento de sanciones anunciadas por Washington en respuesta al “incumplimiento” de los acuerdos de Minsk (alto el fuego entre el ejército ucraniano y los independistas pro rusos de la región oriental de Donbás). Obama sanciona a varias empresas gasistas rusas vinculadas a Gazprom. O lo que es lo mismo, allí donde más le duele al jefe del Kremlin: debilitar la economía rusa mermando los ingresos por las exportaciones de gas.

Se aleja la paz en Siria

La ruptura de este acuerdo firmado en 2013 por el que Rusia recibía apoyo técnico de Estados Unidos para modernizar sus centrales nucleares y deshacerse de los residuos radioactivos de forma segura, es una consecuencia más del fracaso del alto el fuego en la guerra de Siria. Obama quiere dar otra vuelta de tuerca y está considerando imponer una nueva tanda de sanciones al régimen de Bashar al-Assad a través de la ONU. Medida que, de concretarse, supondría el final de la cooperación entre Estados Unidos y Rusia y alejaría la paz en Siria.

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