Charo Zarzalejos

Desde hace veinte años y por razones familiares, Sevilla se ha convertido en cita inexcusable en estos días de Semana Santa. Nunca llegaré a sentirla y percibirla como los propios sevillanos.
Con la propaganda que les es propia y para la que siempre encuentran acompañantes, los terroristas de ETA nos van a decir donde están los bidones con armas. No se trata de minimizar el gesto, pero no es más que eso, un gesto que indica que la derrota la están tragando sorbo a sorbo, que les está costando asumir que lo suyo fue una atrocidad, una cadena de infernal terror basado todo ello en un estrepitoso engaño.
La Primera ministra británica ha sido clara como el agua. Nos vamos -ha dicho- y no hay marcha atrás. Sólo ha pasado medios siglo y nos encontramos con la primera despedida de la Unión Europea. Tratarán los británicos que el divorcio sea, para ellos, lo menos doloroso posible que es tanto como decir que procurarán que la despedida les salga casi a cuenta.
Comienzo reconociendo que conozco a pocos dirigentes de Podemos y aunque en más de una ocasión sus debates me han producido un cierto cansancio, los he seguido con sumo interés. Una fuerza política que ha logrado sumar cinco millones de votos no es ninguna broma, de ahí el seguimiento de todos sus avatares que no han sido pocos.
Que Trump, elegido por mas de sesenta millones de ciudadanos americanos, nos inquieta a todos es una obviedad y ya podemos dar por seguro que nos va a dar, lamentablemente, muchas tardes de gloria. Que hable del muro con Méjico no me parece lo más grave. Es grave, es verdad, pero tan verdad es que ese muro ya existe pero no sólo en Estados Unidos.
Hace ya unos cuantos años y en una magnifica entrevista que le hizo Pepa Bueno, Mariano Rajoy, por primera vez, confesó la confianza que le inspiraban las mujeres en su vida política. En el terreno personal, Rajoy tiene una única y estupenda mujer, llamada Viri y que con enorme discreción y supongo que con bastante paciencia "padece", aunque sea en diferido, la nada envidiable vida de su marido.
El viaje a Bruselas desde cualquier punto de España es un viaje cómodo y rápido. Es precisamente el último que ha realizado Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía y, a distancia, la gestora socialista misma.
Nunca sabemos de nuestra propia resistencia hasta que se nos pone a prueba. Ella, Rita Barberá, se sentía -y lo era- una mujer fuerte física y psíquicamente, capaz de afrontar jornadas eternas, duras campañas electorales y demás avatares propios de la vida política. Era fuerte y ella misma se impuso a sí misma una dura prueba de resistencia.
Los meses pasados no han sido fáciles para ningún partido político pero tampoco lo han sido para el Jefe del Estado.
Siempre he sostenido, y creo haberlo escrito en más de una ocasión, que la realidad supera con creces a la ficción y cómo la opinión pública es, al menos para mí, todo un misterio y más la americana.
Hace ya tiempo que el Presidente del Gobierno abandonó el vicio del fumeque. Sin embargo, hay que reconocer, que ya es frase hecha eso de que "Rajoy se fuma un puro".
Mejor no hacer previsiones, ni diseñar planes. La política se parece mucho a la vida misma: cuando menos se espera surge un acontecimiento imprevisto, incluso no grave y pasajero, pero basta la mera sorpresa para que haya que volver a empezar. Superada la investidura en el último minuto como los billetes de avión baratos, ahora todos hemos entrado en resonancia haciendo cálculos de cuanto puede durar el nuevo mandato de Mariano Rajoy.
Mariano Rajoy y Javier Fernández han logrado establecer, cuando menos, una relación correcta. Son formatos, en cierto modo, parecidos. Discretos, prudentes con un compartida austeridad en los gestos
Se afirma que la duda forma parte de la inteligencia, pero en este caso es sólo producto de la perplejidad.¿Cómo se ha llegado a esto?. En el PSOE, a la hora de la verdad, nadie ofrece respuesta. Era obvio, y en más de una ocasión así se ha relatado estas mismas líneas, que la situación del PSOE era peligrosa, que las épocas de silencio espeso no auguraban nada bueno y que las sucesivas derrotas electorales son difíciles de soportar para el PSOE y para cualquier partido.

Cuesta creer semejante error de cálculo, tanta ausencia de olfato como para no calibrar que la sociedad no está para bromas y menos, mucho menos, para rocambolescas explicaciones, tratando de hacer ver como acto meramente administrativo lo que en realidad es una decisión estrictamente política. Los avatares del asunto están más que relatados y las reacciones surgidas desde el seno del propio PP, han sido tan inéditas como significativas que los máximos responsables no deberían infravalorar.

Pasó el debate de investidura. Rajoy la perdió, pero como ya han apuntado muchos, ganó el debate. Le dieron bofetadas por todas partes. No hubo clemencia pero, como viene siendo habitual, no le tumbaron. No salió investido Presidente que es a lo que iba pero sabiendo de antemano que no lo iba a conseguir, se dedicó con eficacia a no dejarse "matar". Salió herido pero no muerto y eso lo reconocen sus propios adversarios. "Es duro el tío", comentaba un diputado socialista que con la misma perplejidad que reconocía la dureza de Rajoy respondía cuando se le preguntaba y ahora qué. "¿Lo sabe alguien?".
"El esfuerzo inútil conduce a la melancolía". La reflexión, más que certera, es de Ortega y Gasset y es de perfecta aplicación al acuerdo que, en cuestión de días, firmarán Mariano Rajoy y Albert Rivera. Sus respectivos equipos negociadores se están viendo las caras muchas horas seguidas.
Después del quiebro de Mariano Rajoy afirmando que la dirección nacional del PP no había hablado de las condiciones planteadas por Rivera como paso previo a negociación alguna se produjeron momentos de confusión y de crítica. Se impuso el desconcierto y un cierto pesimismo.
En Génova todos los dirigentes populares consideran que su líder irá sí o sí a la investidura. Pero creen que se guarda un as en la manga ni no obtiene apoyos suficientes para superarla.
A muy pocos paso desapercibido el gesto sombrío y el rostro serio del Presidente en funciones en la jornada de la constitución de la Mesa del Congreso. Tan concentrado en si mismo estaba que apenas intercambió algunas palabras con Soraya Sáenz de Santamaría. Se le notaba distante de lo que estaba ocurriendo. Sabía que las cosas iban a salir como estaba previsto, pero él, ya estaba en el paso siguiente. Vista la situación es más que compresible ese gesto serio y distante. La próxima semana el Rey comienza las consultas para designar candidato y Mariano Rajoy sabe que "a día de hoy" no tiene suelo bajo los pies.
No existe amarga victoria ni dulce derrota, pero sí puede ocurrir y está ocurriendo que el triunfo puede resultar un complicado sudoku y la derrota, además de ser una mala noticia en sí misma, convertirse en una difícil realidad. Y es en el mar de la complicación en el que Mariano Rajoy se ve obligado a navegar porque pese a su incuestionable triunfo no podrá gobernar si no resuelve con acierto el famoso sudoku político. Los avatares de Rajoy, que los tiene y muchos, no son menos complicados que las difíciles aguas en las que Pedro Sánchez y con él el conjunto del PSOE se ven en la necesidad de chapotear. Aquí hay charcos para todos.
La popular serie "Cuéntame" se emitirá por Antena 3, porque a TVE le produce escrúpulo que sus principales protagonistas hayan tenido problemas con Hacienda. Creo que es un escrúpulo discutible. Miles de españoles tienen problemas con Hacienda. Yo mismo tengo un problema con Hacienda y debo restituir una cantidad que, según criterio de sus inspectores, no les había abonado. Por fortuna, en las emisoras de radio y televisión, y en los periódicos en los que colaboro, no me han prohibido que lo siga haciendo, con lo cual facilitan que pueda pagar, porque de lo contrario me habrían condenado, además, al ostracismo más cruel.
Superado el primer borbotón de alegría por continuar siendo el primer partido de la izquierda, la caída en la realidad pura y dura ha puesto en evidencia, dentro y fuera del PSOE, el desastre absoluto que ha supuesto quedarse en 85 escaños. Demuestra este dato que el llamado "suelo" nunca se sabe dónde está hasta que se llega a él.
El triunfo electoral del Partido Popular con Mariano Rajoy ha sido contundente. Casi al cien por cien del recuento de votos, el PP ganaba trece escaños sobre los resultados del 20 de Diciembre y con triunfo en plazas tan significativas como Valencia y Andalucía. El que se preveía como seguro "sorpasso" no se ha producido, y el PSOE, pese a bajar en escaños, siempre podrá decir que continúa siendo líder en la izquierda con el consiguiente disgusto de Unidos-Podemos que tras el acuerdo Garzón-Podemos, se ha comprobado que no sumaba.
Estaba la campaña transcurriendo con mucha tranquilidad. En el PP no daban crédito a vivir tantas jornadas sin sobresaltos después de meses y meses sin que hubiera una día sin susto
El presidente del Gobierno tiene ante sí un enorme dilema. En cuestión de semanas probablemente tenga que elegir entre lo malo y lo peor. Leyendo y escuchando a expertos en la materia no se sabe bien qué es lo malo y qué es lo peor. Si quedarnos como estamos o acudir a la petición de rescate o como se le quiera llamar.
Fue el día de ayer, una jornada intensa que obligó a una doble mirada. Moncloa, en Madrid y el BCE en Francfort. Angela Merkel fue la comensal invitada por el Presidente del Gobierno, celebrando así un encuentro minuciosamente preparado del que ya se sabía que "Merkel no viene ni a darnos un puñetazo en el ojo, ni con una maleta de euros". Merkel vino a reafirmar su confianza en el euro, a apoyar las reformas de Rajoy y a advertirnos que mejor no desviarnos, que el camino es duro, pero de resultado seguro.
Cuando hace poco más de tres años, Mariano Rajoy acudió a Pontevedra para iniciar la campaña que llevaría a Nuñez Feijoo a la presidenta de la Xunta, él ya había superado extraordinarias dificultades internas en el PP y enfilaba el camino que hace poco más de ocho meses le llevó a Moncloa.
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