NACIONAL

Feijóo quiere dos funerales: el de Mazón y el de Sánchez en el Senado

Raúl Heras | Lunes 27 de octubre de 2025
El líder del Partido Popular y único candidato de verdad a disputarle el poder de Moncloa a Pedro Sánchez quiere ver dos funerales en 24 horas. El primero, el de su compañero Carlos Mazón, en el espacio de las Artes y las Ciencias de la capital valenciana, presidido por el Rey y con la asistencia del presidente del Gobierno de la Nación; el segundo, 24 horas más tarde, en el Senado con mayoría parlamentaria del PP, ante el que Pedro Sánchez será interrogado bajo la amenaza hecha pública por el propio Feijóo: “si miente le llevará al juzgado, y si dice la verdad, también”. La denuncia ante la Justicia ya está anunciada diga lo que diga y haga lo que haga el líder socialista.

La diferencia entre los deseos y la realidad es, la mayor parte de las veces, muy grande. En este caso, demasiado grande. El presidente de la Generalitat valenciana está más solo que nunca. No quiere dimitir, ni dejar su puesto pese a las cincuenta mil personas que hace unos días s e manifestaban en el aniversario de la tragedia de la DANA, con sus 227 muertos en su Comunidad. Y el lunes, la periodista con la que estuvo comiendo en El Ventorro mientras sucedía la tragedía, Maribel Vilaplana, tendrá que detallar, en calidad de testigo, qué es lo que hicieron y de qué hablaron Carlos Mazón y ella en las horas cruciales del desastre.

Puede pensar Feijóo y la cúpula del PP que Pedro Sánchez también está solo y sin un partido detrás; que además está rodeado por los presuntos casos de corrupción que le afectan de forma política y personal, con una mayoría parlamentaria resquebrajada, tanto por las decisiones de Carles Puigdemont y de Junts de retirarle su apoyo, como por las evidentes divisiones de las fuerzas a su izquierda. Un análisis demasiado simple y que viene cargado de tanta esperanza como de miedo. Esperanza por la ansiada victoria que se escapó hace dos años y miedo ante el avance constatable de Santiago Abascal y Vox.

Puigdemont y los más duros de Junts pueden romper su débil alianza con el Sánchez y el PSOE por el mismo sentimiento de miedo que le produce la Alianza Catalana, la formación más nacionalista, más dura y más xenófoba que el propio Junts. lo que no puede es votar con el PP y Vox para que prospere una moción de censura o se adelanten las elecciones generales. Sería su muerte política de forma definitiva y dejaría esa parte política de la sociedad en manos de la ERC de Oriol Junqueras e incluso del PSC de Salvador Illa.

La intranquilidad entre los dirigentes del PP está fundada en las encuestas internas que manejan en la sede central de la calle Génova. Con un práctico empate real entre los dos grandes partidos, la subida de Vox hasta el 21% de los votos que les otorgan la media de las sucesivas encuestas - que se verá reforzada por los movimientos de Donald Trump a nivel global y el significado de la victoria del argentino Javier Milei en las elecciones legislativas, que renovarán la mitad del Parlamento, posiblemente debida al apoyo directo del presidente norteamericano con su “préstamo” de veinte mil millones de dólares y su promesa de otros veinte mil si el que ganaba los comicios era el partido del inquilino de la Casa Rosada.

El Partido Popular y Feijóo tenían una gran oportunidad para convertir las elecciones autonómicas de 2026 - que son obligadas en Castilla y León y en Andalucía - en una auténtica moción de censura popular contra Pedro Sánchez. Bastaba con que en las otros siete Comunidades en las que gobierna planteasen elecciones adelantadas, con las victorias de sus candidatos en el bolsillo, pero la estrategia emanada desde La Moncloa, por un lado, y los deseos de Abascal de convertirse en imprescindible para cualquier movimiento que quiera hacer Feijóo de cara a una cita con las urnas, ha terminado por desgastar a la dirección del PP. Los cribados no hechos para detectar el cancer de mama en miles de mujeres en Andalucía ponen en peligro la que se consideraba cómoda victoria de Juanma Moreno con una nueva mayoría absoluta, mientras que en Extremadura, Mariola Guardiola, ha cumplido su amenaza de convocar a las urnas ante la ruptura con Vox. El PP se puede encontrar con que debe ceder el poder a Vox o dejar que el PSOE regrese al poder. Demasiado riesgo.

Todos esos cálculos se van a encontrar con un nuevo movimiento que se está desarrollando dentro de la izquierda, al margen de los restos de Podemos. Sánchez necesita el apoyo y los votos de la coalición de Sumar, y Yolanda Díaz necesita al PSOE para mantener, al menos, su reducido apoyo actual. La solución: presentar listas conjuntas con la mayor parte del país, comenzando con las que se pueden visibilizar en marzo y junio en Castilla y León y Andalucía. Si funciona el reparto de nombres y puestos en las listas, el problema ya no lo tendrá Sánchez, lo tendrá Feijóo. Si no suma con Abascal más de 176 escaños en el Congreso no podrá sentarse en el gran sillón de La Moncloa; y si suma el precio a pagar a Vox será mucho más alto del que ha pagado hasta site momento en las Comunidades y Ayuntamientos en los que comparten responsabilidades.


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