ECONOMIA

Cuando solo es un lobo

José Manuel Pazos | Miércoles 10 de junio de 2015

"Que viene el lobo, pero tranquilo, que es solo uno". Así cerraba su crónica de la semana el analista de uno de los grandes bancos de inversión del mundo refiriéndose al revuelto mercado de deuda. También daba cuenta el autor de las revisiones al alza que habían anunciado ...



... para los tipos a largo plazo, tanto en Europa -ven ahora el bono alemán a diez años acabar 2015 en 0,90% (antes 0,50%) y en 1,40% en 2016 (revisado desde 1,0%)- como en Estados Unidos -donde las revisiones son al 2,75% (antes 2,5%) y 3,3% (antes 3,0%)-.

"Esta es la buena", señalan al referir que tras muchos años de "meter la pata" pronosticando una alza de tipos, "ahora sí" acertarán para, a renglón seguido, afirmar que "a pesar de todo, los tipos de interés permanecerán bajos por mucho tiempo". De ahí eso de que el lobo es solo uno. Ya sea por ese uno o porque teme más de uno, la manada está nerviosa y continúa agitada. Los pastores hablan, ya sea solos (como la presidenta de la FED) o en compañía de otros (como el presidente del BCE en el Jackson Hole europeo que ha tenido lugar en Sintra).

La manada tiene su propia dinámica, tan pronto se entusiasma como se vienes abajo, tan pronto apuesta al rojo como cambia rápidamente al negro
¿Y qué dicen los pastores sobre el alza de tipos? Janet Yellen refiere que sí, que probablemente empezará este año, pero que será poco a poco y que depende de la intensidad de los vientos que siguen soplando de cara, que los hay y por tanto la incertidumbre es alta. Por su parte, Mario Draghi, reunido en un monasterio portugués del siglo XIV con otros muchos pastores en activo y otros ya retirados, insiste en que de lo que se trata es de hacer reformas y dejarse ya de esperar a que sean los tipos baratos los que lo arreglen todo. Parece como si tuviese mala conciencia por facilitar medicamento paliativo a quien no da síntoma de admitir que para salir de la situación -que alguno califica de "estancamiento secular"- solo el remedio monetario no es suficiente.

Y mientras unos predican esas reformas, que en el lenguaje europeo suenan a austeridad, otros prefieren que se combata el exceso de ahorro y que se invierta y se gaste. Al fin y al cabo, casi todos aceptan que la política monetaria ultra expansiva agranda las diferencias entre unos (inversores) y otros (trabajadores), al llegar la mejora antes a las rentas que a los salarios.

Casi todos aceptan que la política monetaria ultra expansiva agranda las diferencias entre inversores y trabajadores al llegar la mejora antes a las rentas que a los salarios
Sin quitar el ojo a los pastores, la manada tiene su propia dinámica. Tan pronto se entusiasma como se viene abajo, tan pronto apuesta todo al rojo como cambia rápidamente al negro. Decía otra de esas crónicas de cierre de semana de los analistas mejor pagados del mundo que las probabilidades de que el dólar haya alcanzado un máximo de debilidad en 1,14 antes de regresar a 1,04 son del 50%. O sea, las mismas de que no y entonces regrese a buscar algo entre 1,15 y 1,18. Bastó un 0,3% de IPC subyacente en EE UU el viernes para que, en apenas minutos, el par EUR/USD se dejase casi dos figuras rompiendo algunos de los soportes que permitían sostener una distribución 40%-60% en la probabilidad 1,04-1,15 como objetivo inmediato.

Decía quien fue muchos años presidente de la FED que, cuando aciertas mucho pronosticando lo haces un 50% de las veces, claro que eso significa que te equivocas al menos en el otro 50%. Lo cierto es que más allá del temor reinante en la deuda, la manada continua dominada por los pastores y el lobo solitario que la amenaza no es suficiente para provocar una estampida. Continúa, por lo tanto, el mundo desarrollado en modo inversor, a la espera de que otros lobos, quién sabe si en forma de problemas de una institución aseguradora europea o en forma de una divisa paralela en Grecia como apuntan desde Alemania, creen más agitación en la manada. ¿Probabilidad? La normal: 50/50.

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