La novela de aventuras ha dejado en el olvido a la épica y se ha adentrado de lleno en la corrupción. Charles de Baz-Castelmore, el nombre real del D´Artagnan en el que se basó Dumas para crear a su personaje, nació en 1611 y murió sesenta años más tarde durante la guerra entre Francia y los Países Bajos, convertido en capitán de la Guardia Real y protegido por el cardenal Mazarino. Convertido en espia logró que el ministro de Finanzas, Nicolas Fouquet, fuese procesado por corrupción. No sería el único, Charles de Baz persiguió a todos los que Mazarino le indicó, sin hacer distingo entre nobles y plebeyos.
En este final de 2025 la novela real de los tres mosqueteros socialistas se escribe y se edita cada día en los medios de comunicación. Incluso personajes secundarios como el criado Planchet puede tener su reflejo en el Antonio Hernando de hoy y hasta Milady de Winter encaja como un guante en la personalidad de la “fontanera” Leire Díez. El papel del señor de Treville habrá que dejarlo en manos de Patxi López. Aquellos personajes reales tuvieron finales muy distintos, de la misma forma que los van a tener José Luís Abalos, Santos Cerdán y Koldo García. Los tres han traicionado a su partido y a su jefe. Lo que quisieron edificar tras recorrer España para cambiar la historia del socialismo y del propio Estado se ha derrumbado y amenaza con dejar sus nombres convertidos en cenizas. Los juramentos de lealtad se cambian frente a un tribunal y la certeza de unas condenas.
Desde el Gobierno y desde el PSOE les han defendido hasta el final, hasta que se volvió imposible ante la lluvia ácida intermitente de las noticias que cada día se aportaban desde las investigaciones de la UCO. Se tardarán meses en escribir el final de sus historias pol´ñiticas y personales pero en poco meses comprobaremos los efectos de sus maniobras para enriquecerse sobre el que más les ayudó en su ascenso al poder, y sobre las siglas del que era su partido. Las elecciones dictarán una sentencia política mucho antes de que se produzcan las sentencias judiciales.