Nueva ocasión perdida por parte de la oposición, sobre todo del único partido que puede llegar a gobernar si cae el PSOE en la siguiente cita electoral. No era el día para ese festejo político tras el penoso espectáculo que se dió en el Museo de las Ciencias y las Artes de Valencia con el Memorial por las víctimas de la Dana. Quedó en mal lugar el Rey Felipe, con esa lectura de un texto que parecía un glosario de banalidades cuando lo que necesitaban las víctimas y sus familias era un mensaje lanzado desde la Jefatura del Estado que acelerara las ayudas para reconstruir un futuro. Justo lo contrario de lo que está pasando.
Basta con ver el estado de las obras en el barranco del Poyo y los largos trámite burocráticos en los que se enredan aquellos que han perdido todo. Se salvo, con su silencio y sus gestos durante todo el acto - al que también le sobró la música escogida - la Reina. El rostro de Letizia era un mapa de dolor, que se unía al de todos los vecinos que asistían a un desfile de soberbias políticas: las que acompañaron al presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, el hombre al que el miedo personal impide cambiar su posición y que alarga el sufrimiento de los demás para ocultar el suyo propio, muy distinto, como es distinta la verdad de lo que pasó en esas cinco horas en las que se ocultó detrás de una periodista, a la que, en alguna de las versiones que nos han dado, le iba a proponer que se encargara de la dirección de la televisión valenciana. Veremos el lunes que dice la afectada ante la jueza que la interrogará.
Carlos Mazón ha entrado en un periodo de reflexión, lo mismo mque hizo Pedro Sánchez, al inicio de las acusaciones contra su esposa. El presidente del gobierno central se quedó por su “sentido de la responsabilidad”; el presidente de la Generalitat, por ese mismo “sentido de la responsabilidad” debería dimitir y dejar que fuera otra persona de su partido la que terminara la Legislatura, tras un renovado pacto con Vox. Disolver el Parlament y convocar elecciones no parece que se lo vaya a permitir Núñez Feijóo en estos momentos. Con las batallas electorales de Extremadura, Castillla y León y Andalucía tiene bastante para los próximos ocho meses.