La ruptura tenía que llegar más temprano que tarde. Pablo Iglesias que fue el hacedor de los pactos con los nacionalistas catalanes y vascos para que Pedro Sánchez echara a Rajoy y posteriormente para que apoyaran el gobierno de coalición PSOE-Podemos, está a punto de salir tarifando de la televisión pública catalana donde ejerce de tertuliano por su negativa a aceptar el traspaso del control de la inmigración a la Generalitat.
Tras las elecciones generales del verano de 2023, el poder de Podemos en el Congreso quedó reducido a cuatro diputados tras haber cedido presentarse con Sumar a pesar del veto de Yolanda Díaz a Irene Montero. Y cuando hubo que negociar con Puigdemont el apoyo a Pedro Sánchez ya no fue la mano de Iglesias la que estrechó la de Puigdemont sino Yolanda Díaz que corrió a visitarle en Waterloo. Ahí empezó la ruptura de la entente cordial.
El veto de Podemos al traspaso de las competencias de inmigración a Cataluña fue la gota de agua que provocó el enfado de Puigdemont que acusó a Podemos de alinearse con Vox y el PP para mantener la “supremacía española”, cuando si alguien ha luchado más por el traspaso de competencias a la Generalitat fue Pablo iglesias cuando era vicepresidente del gobierno.
En un programa de la televisión catalana , donde le volvieron a sacar el tema, Iglesias explotó afirmando que a los nacionalistas de Puigdemont les preocupa más la raza que los derechos humanos y que lo que plantean los independentistas tiene que ver más con el racismo con las competencias autonómicas. Algo que la secretaria general de Podemos, Irene Belarra, remató ante los medios de comunicación afirmando que lo que quiere Puigdemont es que los mossos, la policía catalana, seguirían haciendo “redadas racistas" con las "competencias en inmigración".