El ex presidente Rajoy aguantó seis años la investigación de la financiación irregular del PP que comenzó en 2013, cuando no hacia ni dos años que había ganado las elecciones, con las primeras informaciones de El Mundo sobre los sobrepagos del tesorero Luis Bárcenas a altos cargos del partido. De ahí, tirando del hilo se demostró en 2018 que el PP llevaba 20 años cobrando ilegalmente de decenas de empresas. Si el caso Ábalos comenzó en 2023, Sánchez no tendría que preocuparse por lo menos hasta 2029, es decir que todavía podría completar la mitad de la siguiente legislatura siempre que lograra mantener los escaños y los apoyos necesarios.
El dueño del Poder Ejecutivo tiene siempre la sartén por el mango y puede resistir los acosos de los poderes Legislativo, Judicial o incluso el vendaval de los medios de comunicación durante años siempre que conserve la mayoría más uno de los escaños del Congreso y en este caso parece claro que ni el PNV, ni ERC, ni Sumar, ni Más Madrid, ni Podemos, y mucho menos Puigdemont, quieren ir a unas nuevas elecciones donde tienen más que perder que el propio PSOE.
Lo ha dicho Irene Montero: ““No vamos a elegir entre lo malo y lo peor, entre la corrupción del PSOE y la del PP”, pero tampoco van a abrir la puerta a un gobierno del PP atacando a Sánchez. Algo así como aquel “Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor”·, que gritó el mercenario Bertrand Duguesclin, para ayudar a Enrique de Trastamara a matar a Pedro I de Castilla.
Al PP sólo le queda la posibilidad de aguantar hasta las nuevas elecciones que podrían ser en 2026 y esperar al milagro de lograr 176 escaños porque mientras Santiago Abascal esté al frente de Vox va a ser muy difícil que Feijóo puede conseguir su apoyo para gobernar. La crisis abierta en el PSOE abre esa posibilidad si se repitiera la caída que sufrieron los socialistas, por muchas menos cosas, en 2011 con Alfredo Rubalcaba al frente. Seria una vuelta al bipartidismo con una extrema derecha que va a cobrar fuerza en toda Europa mientras dure el mandato de Trump en Estados Unidos.