NACIONAL

PNV y PSOE “juntos” para impedir que Bildu gane las elecciones

Raúl Heras | Jueves 11 de abril de 2024
En las elecciones autonómicas de 2020 la mitad de los vascos que tenían derecho a votar se quedaron en casa. Cuatro años antes acudieron a las urnas un diez por ciento más. Este próximo 21 de abril veremos si sube o baja el porcentaje del evidente desencanto electoral de los ciudadanos de Euskadi por su propio gobierno.

Sumemos a esa realidad matemática la desigualdad que existe entre las tres provincias a la hora de lograr un escaño en el Parlamento autonómico: en Alava se consigue un asiento con cinco mil votos, en Guipúzcoa se necesitan diez mil y en Vizcaya dieciséis mil. Es otra de las incongruencias que tienen las leyes electorales en España. No todos los votos son iguales.

El voto y la representación que logran los partidos también ha cambiado con un claro viraje hace la izquierda y los deseos independentistas. El conservador PNV ha ganado y gobernado casi siempre, con apenas escasos cuatro años para los socialistas con Patxi López como candidato y luego lendakari entre 2009 y 2012. La transformación de Herri Batasuna en Bildu y la desaparición del terrorismo de ETA cambió todo el equilibrio partidista.

Hoy el miedo a una posible victoria de la formación que lidera Arnaldo Otegui es patente pese a que lo más normal, lógico y posible es que el candidato del PNV, Imanol Pradales, sea el sustituto de Iñigo Urkullu con el apoyo de los socialistas de Eneko Andueza. Tanto Pello Otxandiano como baza electoral de Bildu ( que se convertirá en jefe de la oposición ) como Miren Gorrotxategui, de Podemos y Alba García, de Sumar, tendrán que jugar durante los próximos cuatro años el difícil papel de estar en medio de la izquierda, por un lado, y el nacionalismo, por otro.

La derecha estatal, con Javier de Andrés por el PP, y Amaia Martínez por Vox sólo tiene un objetivo: llegar a los diez escaños. En ese camino se va a encontrar con el “voto útil “ que la derecha vasca decida entregarle al PNV para evitar el “sorpasso” anunciado por el CIS de Bildu. Para esa derecha, que en el resto de España votaría a los populares, mantener el poder que lleva funcionando durante 40 años está por encima de las declaraciones de algunos dirigentes del Nacionalismo. Cuenta la economía mucho más que la política y el uso de la presión oportuna en el momento preciso para sacar mayor rendimiento a los seis escaños que logra en el Congreso del Estado.

La encuesta del CIS, unida a la publicación de las “listas” de la Guardia Civil sobre el entramado de ETA son dos acciones separadas pero que confluyen en el mismo objetivo: alejar lo más posible a Bildu de la victoria. Un esquema de laboratorio que puede lograr justamente lo opuesto: estimular a los más jóvenes a que voten a la izquierda radical, que ya está claro que abandonan a Sumar, a Podemos y a todo lo que representan. La existencia de las ikastolas y la educación que se imparte en las mismas tiene mucho que ver con la realidad política de 2024. Si siembras vientos recoges tempestades y la lengua, las palabras son más mortíferas que los obuses.


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