NACIONAL

Las batallas contra Ayuso que siempre las pierde el PSOE

Raúl Heras | Lunes 11 de diciembre de 2023
En cuatro años y tres elecciones autonómicas Isabel Díaz Ayuso ha conseguido que el Partido Popular pase de tener 30 escaños a tener 71 asientos en la Asamblea madrileña. En ese mismo periodo el PSOE, primero con Angel Gabilondo y luego con Juan Lobato ha pasado de 37 a 27, empatado con Más Madrid en escaños pero con menos votos.

Tres batallas muy distintas pero con un mismo resultado final: el poder lo sigue ostentado el PP, con siete presidentes desde que se celebraron las primeras elecciones (Alberto Ruiz Gallardón, Esperanza Aguirre, Ignacio González, Cristina Cifuentes) frente a uno del PSOE, Joaquín Leguina. De primer partido el PSOE ha pasado a tercero. Motivo muy suficiente para pensar y sacar conclusiones.

Los socialistas perdieron la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital (con la salvedad de los cuatro años de Manuela Carmena) más por los errores propios que por los méritos de sus oponentes. Nunca han entendido que el voto en Madrid es muy parecido al de las elecciones generales y no han acertado a tener la constancia y la paciencia de buscar y apoyar desde la oposición o desde la presidencia del Gobierno nacional a un candidato capaz de enfrentarse a sus adversarios populares.

Centrados en los últimos cuatro años, los números lo dicen todo: Díaz Ayuso necesitó los votos de Ciudadanos y de Vox para alcanzar su primera presidencia, cuando muy pocos, por no decir ninguno, apostaba por su éxito tras las crisis sucesivas del PP con sus líderes. Puede que Pablo Casado, entonces presidente del PP nacional, la eligiera para perder - al igual que a Juanma Moreno en Andalucía - pero lo que cuenta es el resultado. La suerte o el desgaste de los gobiernos de Rodríguez Zapatero, por un lado, y de Susana Díaz, por otro, más la aparición de Ciudadanos y Vox hicieron que la derecha se alzara con dos gobiernos emblemáticos dentro del panorama político español.

Lo que han conseguido tanto Moreno como Ayuso es fagocitar por completo a Ciudadanos, que tras la salida de Albert Rivera no acertó a plantear una auténtica opción de centro en España, cambiando de alianzas y comportamientos, sobre todo tras la llegada de Inés Arrimadas a la presidencia del partido; y apoyarse en el Vox de Santiago Abascal para sumar mayorías. El miedo a la ultraderecha no ha funcionado en este 2023 en toda España y menos aún en Andalucía y Madrid. Todo lo contrario y pese a los indudables errores que ha cometido el propio Partido Popular con su “golpe de mano” interno contra Pablo Casado y la irrupción de Alberto Núñez Feijóo como “ seguro ganador” en las elecciones generales del pasado mes de julio.

En la Comunidad de Madrid, ya con Pedro Sánchez en la presidencia del Gobierno con la ayuda del Podemos de Pablo Iglesias y los restos de una muy maltrecha Izquierda Unida - que desdibujó aún más el mensaje de regeneración que surgió del 15M - los socialistas envistieron en una estrategia fallida contra Isabel Díaz Ayuso. La dirigente popular supo desde el principio que su puesto dependía tanto de la destrucción calculada de Ciudadanos como de los pactos (mientras fuesen necesarios) con Vox. Hasta que ambos proyectos lograron la aplastante mayoría absoluta de la que dispone desde el pasado mes de mayo.

¿Méritos propio?, sin duda, más allá de las verdades y mentiras que se descubren en sus afirmaciones. ¡Errores ajenos?, por supuesto. El problema de hoy y de mañana para los socialista en particular y para la izquierda madrileña en general es doble, tanto de proyecto que logre la adhesión de los madrileños como de candidatos.

Tras ganar sus tres batallas y reforzar su imagen nacional e internacional, confrontando con el presidente socialista del Gobierno del Estado y menospreciando a sus rivales directos en la Asamblea, con más rapidez en las respuestas y unos mensajes muy breves pero directos referidos a las crisis económicas y sanitarias de los últimos años, Ayuso podrá llegar hasta 2027 sin rivales que le hagan sombra.

El PSOE nacional parece empeñado en no apostar con fuerza a Jan Lobato, y Mónica Martínez, desde su posición de líder de la oposición ha llegado al Ministerio de Sanidad con una heredera en la Asamblea que deberá enfrentarse a la disyuntiva interna de hacer que Podemos desaparezca como fuerza electoral en Madrid al mismo tiempo que impida que el PSOE se lleve una buena parte de los votantes y los escaños que hoy están a su izquierda.

Llegados a esa fecha dependerá de lo que haya pasado en Galicia, en Euskadi, en Cataluña y en Europa para que tome una nueva decisión. Si Núñez Feijóo se mantiene como candidato del PP para unas nuevas elecciones generales es muy probable que Ayuso se mantenga como presidenta de la Comunidad de Madrid tras ganar de nuevo en sus propio comicios autonómicos. Por lo menos hasta que su partido, de la mano de Feijóo, consiga el gran sillón de La Moncloa y una mayoría suficiente en el Congreso. Incógnitas a largo plazo, siempre con el viento a favor.


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