ECONOMIA

Si se trata de esperanza...

Kevin Hassett
José Manuel Pazos | Martes 16 de diciembre de 2025

Estamos a pocas semanas de 2026 pero restan por conocerse datos importantes de 2025 que pueden servir para fijar el cierre del año en los mercados y condicionar el arranque del próximo. Son los datos que se quedaron sin elaborar ni publicar por el cierre de la administración norteamericana, y en concreto los más importantes correspondientes al mercado de trabajo en octubre y noviembre.



Van a ver la luz el martes 16 y si todos los informes de empleo son importantes, estos dos lo son aún más. Pueden servir: i) para aliviar la angustia de responsables monetarios que han querido recortar en dos ocasiones los tipos de interés sin disponer de los datos del mercado de trabajo de septiembre, octubre y noviembre, o ii) para hacerles entrar en pánico porque se evidencie que han asumido estas decisiones “a riesgo”, y se han equivocado.

INCENTIVOS INDESEADOS

En todo caso, inmediatamente se revaluará lo que vayan a hacer en la reunión de enero, a la que se asignaría el papel de válvula de ajuste, y para la que la expectativa actual es que los tipos se mantendrán sin cambios. Para entonces se habrán publicado también los datos de diciembre. Tras más de cuarenta días de cierre gubernamental, habrán sido precisos tres meses para recuperar la normalidad estadística.

La otra, la política, es difícil de precisar. Si hubiésemos de atender a lo que emana de la Casa Blanca, habríamos de estar cerca de que se confirme la nominación para quién va a presidir la Reserva Federal a partir de mayo. No obstante, en polymarket, donde los apostadores se juegan su dinero, no hay ninguna confianza en que el anuncio tenga lugar antes de final de año. Para un cierre de año tranquilo, sería lo mejor.

Las apuestas son muy firmes en cuanto al candidato, un economista -Kevin Hassett- especializado en macroeconomía y finanzas públicas, cuyo principal valor se asocia no tanto a su trayectoria como a su estrecho vínculo personal con el presidente estadounidense. Ocupa actualmente la dirección del principal órgano de asesoramiento económico en la Casa Blanca y su trayectoria responde a la de un economista político alejado del ecosistema de poder que representan el Tesoro, el sistema financiero y la Reserva Federal.

Su cercanía al poder político, lo convierte en un candidato que no despierta ningún entusiasmo en los mercados. Al margen de algo tan sensible como su permeabilidad a los deseos de la Casa Blanca se ha declarado partidario de compatibilizar estímulos fiscales con recortes de tipos para estimular el crecimiento.

Pocas combinaciones son más desfavorables para un tipo de cambio fuerte y estable como la ausencia de separación entre política monetaria y fiscal. Es una mezcla que genera incentivos indeseados y que traslada la sospecha de que la Reserva Federal pueda facilitar financiación barata al gobierno subordinando las decisiones en política monetaria a las necesidades de la política fiscal.

ANTES DATOS QUE OPINIONES

Habrá que pasar por valorar antes datos que opiniones, y de ahí la importancia de los que se publican el martes. Los tres recortes sucesivos parecen apuntar a que asumen una debilidad incipiente en el mercado de trabajo pero sobre el que va a resultar muy difícil concluir en su caso las causas, particularmente porque el presidente de la Reserva Federal mostró en la rueda de prensa un claro perfil optimista sobre la evolución de la economía norteamericana el año próximo, reforzado por su revisión del PIB para 2026 al 2.3% vs el 1.8%, pero previsiones en este contexto son endebles, y si se trata de esperanza, nunca es una buena estrategia.