Trump y su equipo saben que no pueden mantener el despliegue naval que ha realizado estados Unidos frente a las costas de Venezuela de forma permanente, ni se podrán mantene los avisos para que los vuelos comerciales a ese país se detengan por la amenaza latente de encontrarse con aviones de combate, misiles o drones sobre Venezuela. El lejano recuerdo de la invasión sobre Cuba en Bahía Cochinos, con su fracaso para derribar al régimen de Fidel Castro, sigue presente en la memoria de todos los que desde John Fitgerald Kennedy han ocupado la Casa Blanca.
El mayor desafío lo tiene el presidente USA en Europa, con sus socios en la OTAN, acaudillados por Gran Bretaña, Alemania, Francia y Polonia, que se oponen al Plan de 28 puntos que tienen como objetivo que el Gobierno de Zelensky acepte la pérdida de un veinte por ciento del territorio que tenía Ucrania hasta 2014 y sobre todo a partir de 2022; que su Ejército se quede en 600.000 militares; y que renuncie a entrar en la OTAN. Esos tres puntos principales, que dejan en un segundo lugar el reparto de los negocios empresariales que establecerían rusos y estadounidenses en las ricas tierras del Donbas, se olvida del resto de países que también quieren su parte del “botín” de tres años de guerra. La utiización de los miles de millones embargados a Rusia y que están el banco de Bruselas, es otro de los puntos difíciles de aceptar por las cuatro partes que siguen negociando en distintos escenarios y con distintos enviados especiales.
A cada guerra le puede suceder una nueva paz, con la seguridad en el tiempo que será inestable y motivo de futuros conflcitos, al igual que ocurre en los Balcanes entre los países que formaron la antigua Yugoslavia y que mantiene la tensión entre Serbia, Croacia, Bosnia y, sobre todo, el enclave de Kosovo; tofos relacionados con las salidas al mar como elemento económico de vital importancia. Donald Trump lleva un año en el poder y ha logrado que el déficit comercial de USA disminuye a base de aranceles, y que una parte de la vital producción de tecnología regrese a Estados Unidos desde países como China, Taiwan, Vietnam o Corea. La deuda en Trillo es de dólares necesita que las grandes empresas norteamericanos incorporen a millones de trabajadores a las modernas y gigantescas factorias en territorio USA para que su imagen no se deteriore. Los éxitos en el exterior aparecen como un elemento decisivo.