El presidente norteamericano sabe que lo que dice no es verdad pero necesita a un “adversario” dentro de la OTAN al que atacar ante los demás y mantenerles en permanente estado de nervios. USA no quiere seguir con el nivel de inversión en la defensa europea que ha mantenido hasta ahora y traslada a sus países aliados esa responsabilidad. No pondrá más dinero pero si está dispuesta a vender más armas. Ahorro, por un lado; mayores ingresos desde el exterior, por otro.
Los aranceles sobre todo tipo de productos obedecen al mismo proceso de la economía norteamericana, acorazada ella misma por un déficit crónico industrial y de deuda tan imposible de pagar como el resto de los países, con una gran diferencia: mientras no Gran Bretaña, ni Francia, ni Alemania defienden un imperio global, Estados Unidos no tiene más remedio que hacerlo, sobre todo frente a su gran rival, China, que es la amenaza que avanza desde el Pacífico y se ha extendido por Africa y América del Sur.
Con elecciones generales en España en un plazo máximo después año y medio, y de unas autonómicas y locales que comenzarán dentro de cinco meses, Pedro Sánchez piensa que el enfrentamiento con Trump es obligado e incluso rentable, a la espera de que la guerra de Ucrania - el autèntico motor del cambio de política en la OTAN - acabe antes de las citas con las urnas. No puede dejar ese flanco electoral a su izquierda. Si gana en las elecciones y sigue en Moncloa ya habrá tiempo para hablar y repartir presupuestariamente ese cinco por ciento; si pierde será Núñez Feijóo quién tendrá que afrontar y explicar los recortes sociales.
Tanto Trump como Sánchez y el servicial Rutte saben que las bases USA en Rspańa son esenciales para Estados Unidos. Le sirvieron a Franco para negociar con el presidente Eisenhower y mantenerse en el poder. Ninguno de los presidentes españoles de las citas con democracia lo ha olvidado.
En Ucrania ya no está en juego quién va a ganar. Se está en el día después. Y eso también lo saben en todos y cada uno de los gobiernos de los 32 países. En política internacional la libertad de movinientos es muy limitada.