Siempre he sospechado de los que entregan su pensamiento y su voluntad a la obediencia de cualquier secta política o religiosa y siguen sus consignas sin discusión . Compran la ideología, dejan que los estafadores decidan por ellos y se convierten en sus esclavos o tontos útiles.
No existe mayor estafa que el pensamiento único al que se afilia gente sin formación ni criterio porque el fanatismo es la droga de las sociedades sin estudios y los únicos que se enriquecen ilegalmente son los dirigentes y no los votantes.
Los ácratas son minoría porque el porcentaje de ciudadanos – hombres y mujeres- que no entregan su pensamiento ni su voluntad a nadie, es inferior a las manadas de borregos que adoptan el discurso y las cosignas de los políticos que, por lo general, son gente mediocre, sin estudios superiores ni experiencia profesional, que alcanzan puestos de poder mejor remunerados que los médicos, profesores, investigadores o servidores públicos.
La historia se repite desde hace décadas. Son un cáncer para la democracia. Cuando se retiran a la vida privada están forrados de millones y propiedades en el extranjero para huir de la justicia. Si no les pilla la justicia.
Uno de los personajes más repugnantes de esta secta es Rodríguez Zapatero, amigo y asesor de Pedro Sánchez para asuntos privados.
Ante todo esto y lo que se sabrá muy pronto, la militancia del PSOE son fieles a la consigna engañosa que no les permite pensar por sí mismos. Ahora tienen la oportunidad de rebelarse contra el pensamiento único, ser intelectualmente honestos y éticamente dignos.
De la panda de golfos de la prensa sincronizada en favor de mierda en la que chapotean, me ahorro un calificativo más. Forman parte del paisaje del deterioro de nuestra sociedad.
El periodismo honesto en España sobrevive frente al espectáculo más indecente que se haya podido ver en décadas que protagonizan sincronizados, según se puede ver en la foto que acompaña a este artículo