Dice la presidenta de la Comisión, la alemana Ursula Von der Leyen que Europa ha hecho a España y a los españoles más libres, más ricos y más felices, olvidando que el desarrollo de su país, sin la llegada de miles de españoles emigrantes - junto a los de otros países como Portugal o Turquía- no habría sido posible. Aristocracia política y generacional por encima de todo. Europa y sus instituciones comunitarias nos siguen mirando por encima del hombro.
Si con el ministro Castiella se instaló una verja entre España y la colonia británica de Gibraltar, como forma de presión ante la arrogancia de un país que aprovechó una guerra entre aspirantes a reinar en España para quedarse con el Peñón, con el satisfecho ministro Albares se ha quitado. Aquel ministro de Exteriores nunca sonreía, éste no para de hacerlo. Gran Bretaña ganó en Utrech, ganó en Potsdam y ha ganado en este junio de 2025, el más convulso políticamente de nuestra historia reciente. España gana socialmente para los habitantes de esa zona, que podrán entrar y salir a trabajar y comercial con mayor facilidad dentro de la Colonia, y el ministro principal de la misma, Fabián Picardo le habrá hecho otro de los grandes favores a su Rey. Asegura el ex ministro Margallo que volvemos a vender los derechas históricos de la última Colonia que existe en Europa, y tiene razón. Paz social y trabajo a cambio de otros siglos de soberanía, un argumento político que utilizará María Jesús Montero para las futuras elecciones autonómicas en Andalucía.
España ha cambiado muy mucho en estos 40 años. La evidencia no se discute y será imposible saber lo que hubiera pasado si no se hubiera firmado aquel acuerdo. En ese tiempo la Europa fundacional se ha ampliado varias veces y en mejores condiciones de las que tuvo que aceptar España, entre las que estaba el desmantelamiento industrial que llevó a cambio el Gobierno de Felipe González de la mano del ministro Carlos Solchaga. La historia real casi nunca es la que nos han contado.