Tanto Oscar Puente como Fernando Grande Marlaska, por poner dos ejemplos de última hora, ejercen su papel de escuderos sin preocuparles en absoluto las heridas que reciben por culpa de las decisiones de Sánchez y de su falta de gobernabilidad al estar más preocupado por seguir en La Moncloa como sea. Si Sumar e IU piden que se anule la compra de balas a Israel para seguir apoyándole lo hace sin que Marlaska alce la más mínima protesta.
Los problemas del apagón del 28 de abril o los desastres de los AVE del 5 de mayo son consecuencia directa de la falta de inversiones adecuadas en la infraestructuras eléctricas y ferroviarias, pero ahí están sus escuderos para justificar lo injustificable que se puede resumir en lo dicho por Oscar Puente: “No hay lunes bueno”.
Más que un Consejo de Ministros lo que Sánchez reúne en La Moncloa es una conjura de caballeros y amazonas guerreras siempre dispuestos a dar la vida, si hiciera falta, por su jefe. Y si les manda a luchar por lo imposible como ha hecho con Oscar López a Madrid, a María Jesús Montero a Andalucía o a Pilar Alegría a Aragón, lo harán sin ninguna vacilación ni protesta.