NACIONAL

Las sumas imposibles que necesita España para cambiar

Raúl Heras | Miércoles 17 de agosto de 2022

Aseguran en el PP de Feijóo y Ayuso ( monta tanto, tanto monta ) que van a recuperar votos de la abstención y que desde Ciudadanos les van a terminar de "devolver" los escaños que fueron suyos. En el PSOE de Pedro Sánchez se afanan por conservar al menos lo logrado en las últimas elecciones, conscientes que para volver a tener tres cifras de asientos en el Congreso tienen que dejar a Unidas Podemos en los “huesos”, algo que tiene su lado malo: para llegar a la mayoría absoluta a base de pactos tras las citas con las urnas necesitan que la hoy rota coalición de izquierdas que encabezan Ione Belarra e Irene Montero no desaparezca del todo.



En el conglomeradoo morado que se formó en torno a Podemos, y que intenta resucitar la vicepresidenta Yolanda Díaz con Sumar, las cuentas son más complicadas: todos aceptan que van a bajar de los 35 escaños pero casi nadie, ni ellos mismos, se atreven a pronosticar hasta dónde puede llegar la caída. Y en Ciudadanos firmarian mantener los 10 asientos en la Cámara, una ambiciòn que asume el estancamiento en el que se encuentran los seguidores de Ines Arrimadas.

Dado que el resto de formaciones se mantendrá en el entorno de los 35/40 escaños, tenemos que los cuatro grandes - PSOE, PP, Vox y UP - se van a repartir en el hemiciclo de la Carrera de San Jerònimo 300/310 sillones y que ninguna fórmula o suma de dos logrará llegar a los 176 escaños que se necesitan para cambiar España, para abordar los cambios estructurales y coyunturales que demanda y necesita nuestro país. ¿Dónde nos lleva esa conclusiòn matemática?: a que se va a necesitar un pacto a tres, como mínimo, los ya existente con otro color, para poder modificar la actual situaciòn, algo que en principio y vistas y oídas las declaraciones de los distintos líderes parece imposible.

Incluso la formacion de un gobierno que pueda negociar con Europa las exigencias que ya sabemos va a poner Bruselas sobre la mesa en el mes de septiembre se antoja sumamente complicado. El pacto más importante y estable sería el que podrían abordar el PP y el PSOE. Entre los dos van a tener entre 195 y 210 escaños en el mejor de los supuestos. Tendrían que recurrir a un tercero para llegar a la magica cifra de los dos tercios del Congreso que establece la Constituciòn para poder abordar los cambios que necesita la Carta Magna, otro de los eternos asuntos pendientes que anto miedo causan a los llamados padres de la Patria.
La otra alternativa, el otro camino, es la que saldría de la heterogenea y conplicada suma de Unidas Podemos, sus confluencias, incluídas las que se desgajan de Izquierda Unida de la ano de Yolanda y con la Inestimable ayuda de Alberto Garzón,, y el PSOE, que intentará llegar a los 176 escaños, suficientes para lograr una investidura y gobernar pero insuficientes para aprobar las reformas que necesita España. Tendrían que lograr el apoyo de los restos de Ciudadanos, si existen, o de Vox, algo que parece como un imposible, para superar la barrera de los 233 parlamentarios. La suma de toda la izquierda y los partidos independentistas se quedaria siempre por debajo de esa cifra.
¿Qué puede pasar si se cumplen estas matemáticas?. Pues que sometidos a otras rondas de inacabables negociaciones para lograr los 176 escaños de la mayoría absoluta o los necesarios para una mayoría relativa pero suficiente, los españoles nos encontremos con que los líderes que acuden a las elecciones generales van a ser incapaces de lograrlo y un posible gobierno en funciones puede mantenerse consumiendo semanas y puede que hasta meses. Otra de las Megastar posibilidades de la ruptura del bipartidismo.
Todo lo anterior afecta a las matemáticas del Congreso. Si sumamos las del Senado las complicaciones aumentan. Es posible que ni el PSOE ni el PP vuelvan a conseguir las mayorías absolutas de las que gozaron en la Cámara Alta, pero es seguro que será el partido ganador el que con o sin acuerdos tenga que afrontar las reformas en profundidad que se ven necesarias pero casi imposibles. Sánchez y Feijóo tendrán que esperar desde su previsible nueva victoria. El gallego ya controla a su partido, y lo mismo le ocurre al madrileño. A España, más que los cambios en su arquitectura constitucional lo que le preocupa son las crisis sociales que asoman en el futuro otoño.

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