SOCIEDAD

El ocaso de los lideres

Diego Armario | Sábado 23 de julio de 2022

Soy un hombre de dudas y las alimento con mis lecturas, no como Pedro Sánchez que es un tipo de una sola certeza y se le nota en la simpleza de sus argumentos. Es un político poco leído al que uno de sus 383 asesores podría hacerle un resumen de tres folios de un clásico con algunas frases del autor pero dudo que haya tenido ojeado El gatopardo y que no confunda el apellido Lampedusa con un animal marino.



Por si le sirve de algo le diré que su decisión de nombrar al sustituto de Dolores Delgado es coherente con su convicción anticonstitucional de que la Fiscalía General del Estado depende del gobierno y que el cambio que ha hecho responde al principio lampedusiano que dice Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie.

Es cierto que tanto los anteriores gobiernos del Psoe como los del PP consiguieron colocar en la Fiscalía a juristas de su cuerda ideológica pero lo de Dolores Delgado ha sido de aurora boreal porque pasó directamente de ministra de Justicia a Fiscal General y se ha caracterizado por no respetar las formas y a veces ni siquiera el fondo de la cuestión ni la dignidad del cargo.

No todos contamos con la fortuna de tener a un Mario Draghi porque se ha abaratado demasiado la condición de gobernantes en Europa que es casi el reducto de un cierto respeto a la cultura de las libertades imperfectas . Ahora es suficiente con ser un arrebata capas , un trilero, un mendaz , un oportunista o un amoral y que la gente de su partido se lo permita.

Un político que quiera gobernar un país , además de ganar las elecciones necesita ser honesto, tener una inteligencia natural, algunas lecturas de los clásicos y un sentido patriótico y del Estado que le avalen como el defensor de los derechos y las libertades de los ciudadanos .

Boris Johnson se tiene que marchara del 10 de Downing street porque sis propios compañeros de partido lo han echado por mentiroso y se ha despedido de ellos con la frase de Arnold Schwarzenegger Hasta luego baby, que aunque parezca graciosa, suena a amenaza.