NACIONAL

Paris- Sevilla: tan lejos y tan cerca

Raúl Heras | Miércoles 04 de mayo de 2022

En la capital francesa no se habla de las elecciones en Andalucia. Ni en los cafés, ni en los informativos de las televisiones, ni en los periódicos. No existen y sin embargo en las dos ciudades se van a decidir los futuros. gobiernos de España y Francia.



ientras se reconstruye la catedral de Notre Dame en las terrazas de los bistrós que pueblan los barrios parisinos se habla y mucho del mal trago que están pasando los socialistas franceses, obligados a pactar listas conjuntas con todas las fuerzas a su izquierda y con Melenchón como líder, tras los peores resultados de su historia en la batalla presidencial.

Entre los días 12 y 19 de junio se eligieran los componentes de la Asamblea Nacional gala y tanto La derecha como la izquierda sueñan con conseguir los 289 diputados que dan la mayoría absoluta. Emmanuel Macron, que ya será legalmente el renovado presidente, es el adversario de todos, de la Francia Insumisa y del dividido Frente Nacional de Le Pen y Zemmour. Quieren obligar al hombre que pide a Putin que “ sea piadoso “ con los ucranianos que resisten en la acería de Azovstal, a que elija un primer ministro de sus colores. Perdieron el sillón de presidente pero buscan la cohabitación.

Puede que Melenchón esté más cerca de conseguirlo que Le Pen. Macron, al igual que le ocurre a Núñez Feijóo y. Juanma Moreno, le asusta la ultraderecha- por su dureza- y le gusta la izquierda dispuesta a aceptar su liderazgo con tal de sentarse a la mesa del poder.

En Francia en general y en Paris en particular se nota, se palpa que Europa , nos guste poco o nada a los españoles, comienza a este lado de los Pirineos. No se habla de España, no se pregunta por España y mucho menos por nuestros políticos. Se habla de Zelensky pero mucho más de Biden y de Putin, que son los que de verdad están moviendo las fichas en el tablero de Ucrania. Ni siquiera los colegas en esto de escribir y pensar sobre lo que está pasando te preguntan por nuestro abultado déficit, por nuestro abultado paro, por nuestro martilleo con el virus y las mascarillas. Aquí apenas se ven en los Campos Elíseos, o en la Plaza de la Concordia, o en los abarrotados ascensores que suben hasta el nivel tres de la Tour Eiffel, o en las largas colas de turistas que quieren visitar el Louvre.

Paris aparece lejana de la Feria de Abril y de ese 12 de junio que va a mantener a Juanma Moreno en el poder. Están tan lejos y tan cerca como lo están las derechas y las izquierdas de ambos países. En Francia los dos primeros puestos en la carrera fueron para las dos derechas, y todo indica que eso mismo va a ocurrir en Andalucia.

En el Partido Popular ya han aceptado que Vox tiene todo el derecho a compartir el poder de gobernar, el que dan y quitan las urnas. Y en el Partido Socialista hicieron lo mismo con la izquierda comunista que les producía pesadillas. Los asientos parlamentarios suman o restan. Todo lo demás es retórica de campaña electoral.

Que se siente Macarena Olona al lado de Juanma Moreno viene a ser lo mismo que ver cómo Macron sienta a su derecha a Melenchon. Uno y otro lo harán por necesidad y no por “ cariño”.
Oyendo las tertulias televisivas y los análisis de los periodistas, sociólogos y dirigentes políticos mientras uno se toma un capuchino en el Café de Paris, se comprende que Europa mire a España como al ratoncillo que se mueve inquieto en su jaula pero sin acertar a mover el cerrojo.


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