NACIONAL

Hasél complica el apoyo de la CUP a Aragonés

Rafael Gómez Parra | Martes 23 de febrero de 2021

La ex alcaldesa de Badalona, Dolors Sabater, tiene en sus manos el futuro del próximo presidente de la Generalitat gracias a los nueve escaños que logró la CUP el 14 de febrero. Si fallara este apoyo, ERC tendría que jugar la baza de En Comú Podemos.



La decisión de los diputados de la izquierda anticapitalista e independentista catalana no va a ser fácil especialmente lastrada por las manifestaciones que se están desarrollando especialmente en toda Cataluña contra el encarcelamiento de Pablo Hasél y en las que participan activamente los dirigentes de la CUP enfrentándose a los Mossos d’Esquadra y de rebote con el gobierno en funciones formado por Junts y Esquerra Republicana.

Si ya de por sí eran complicadas las relaciones de la CUP con el anterior govern de Pere Aragonés, ahora las manifestaciones a favor de Hasél las harán más difíciles, poniendo sino en peligro la investidura del cabeza de lista de ERC, si al menos poniendo mayores exigencias, como un mayor control de los Mossos cuyos mandos ya no saben a qué atenerse recordando los tiempos en que el propio presidente Quim Torra animaba a los jóvenes a hacer barricadas al mismo tiempo que criticaba a los Mossos por intervenir.

Si fallara el apoyo de la CUP, Puigdemont y Junqueras tendría que optar por jugar la baza del partido de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que con sus ocho diputados podría darles a los independentistas la investidura, pero seguramente a cambio de entrar en el govern con al menos un conseller. Colau y Pablo Iglesias tendrían además que valorar lo que significaría dejar en la estacada a Salvador Illa, su socio en Madrid.

En las elecciones de 2015 los once diputados de la CUP, encabezados por Antonio Baños, ya fueron clave para que los independentistas pudieran completar los 68 escaños que les daban la investidura, pero los miembros de la coalición “Junts pel Si” tuvieron que aceptar eliminar a Artur Mas como presidente y colocar a Carles Puigdemont en su lugar.

En los comicios de 2017, la lista anticapitalista encabezada por Carles Riera, solo lorgó 4 diputados pero siguió siendo clave para que los 34 de Puigdemont (JuntsxCat) y los 32 de ERC consiguieran volver a tomar la Generalitat, pero también en este caso la CUP puso pegas a los candidatos primeros propuestos y al final se decidieron por Quim Torra.

Ahora todo queda, de nuevo en el aire y en gran parte en manos de lo que decida los asanblearios de la coalición que es una mezcla de varias decenas de organizaciones donde se combinan elementos de la izquierda radical independentista, que es quien predomina con Endavant y Poble Lliure, con grupos socialistas y comunistas, como Guayem, y hasta anarquistas, aunque estos últimos han ido perdiendo protagonismo en los últimos tiempos.

La propia Dolors Sabater fue elegida alcaldesa de Badalona en 2015 como cabeza de la lista Guayem Badalona en Comú, una mezcla de muchos grupos de izquierda que solo se sostenía por el objetivo común de ganar a Xavier García Albiol (PP), cosa que consiguieron durante tres años hasta que el PSC decidió romper con Sabater y presentó una moción de censura a favor de su propio candidato socialista que tampoco duró mucho. Hoy Badalona ha vuelto a ser de Albiol.

La decisión de la CUP de elegir a Dolors Sabater como candidata para el 14F es una prueba más del posibilismo con que juega la coalición a sabiendas de la importancia que iban a tener sus resultados para volver a dar la Generalitat a los independentistas, pero no sin muchas reticencias como cuando la Asamblea tuvo que rectificar a su cabeza de lista en plena campaña que había explicitado su deseo de entrar en un futuro govern de coalición con Puigdemont y Junqueras.

El posibilismo de Sabater y su número dos Carles Riera se compensó en las listas de la CUP con la elección de candidatos mucho más radicales en las otras provincias, casi todos ellos en trance de ser juzgados por participar en manifestaciones independentistas y acusados por los Mossos y la propia Generalitat de altercados y enfrentamientos con las fuerzas del orden.

El presidente en funciones Pere Aragonés, prometió a la CUP que iba a retirar las acusaciones particulares de la Generalitat contra estos independentistas, pero al final no lo hizo para no dejar en la estacada a los Mossos, lo que tensó aún más las relaciones entre ERC y la CUP, ahora agravadas con las protestas a favor de Pablo Hasél.


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