NACIONAL

Nadia Calviño toma las riendas

Nadia Calviño escucha a Pablo Iglesias en el Congreso.
Rafael Gómez Parra | Miércoles 16 de septiembre de 2020
Pablo Iglesias y Alberto Garzón van plegándose a las medidas económicas que va imponiendo Sánchez

El visto bueno que la vicepresidenta Nadia Calviño ha dado a la fusión de Caixabank y Bankia es el arranque del giro a la derecha que está preparando Pedro Sánchez para finales de año coincidiendo prácticamente con el primer aniversario del llamado gobierno progresista que Pablo Iglesias vendió a sus simpatizantes como la manera de obligar al PSOE a hacerse más de izquierda.

Que Podemos –y más los de Izquierda Unida- está en contra de la venta de Bankia es un secreto a voces que los de Iglesias y Garzón no se atreven a poner sobre el tapete porque saben que se juegan el todo por el todo. Calviño tratará de vender la operación como un beneficio para el Estado: meterán algunos miembros en el Consejo de Administración –del PSOE y posiblemente alguno cercano a la formación morada- y algún dinero para paliar los 24.000 millones que le costaron a los españoles reflotar la antigua caja de ahorros madrileña.

La idea del ministro de Consumo, Alberto Garzón, de aprovechar Bankia para crear, de hecho lo era, una banca pública se ha ido al garete, pero lo peor es que las nuevas medidas económicas que prepara el Gobierno van a ir por el mismo camino, muy alejadas de las ideas de Podemos, eso si tratando siempre no romper y sin dar más trascendencia a lo que de vez en cuando Iglesias suelte en alguna televisión sobre sus “molestias” con Sánchez.

A estas alturas no se sabe ya si la “línea roja” que Unidas Podemos había puesto a la intención de Sánchez de negociar los Presupuestos con Ciudadanos existe en realidad o todo va a quedar en un “no me pises que llevo chanclas”, que decía Alfonso Guerra cuando ya no se hablaba con Felipe González.

Este giro a la derecha del presidente socialista coincide con los primeros avisos de las organizaciones sociales de izquierda que apoyaron en un primer momento la creación del gobierno progresista pero que van viendo que pasa el tiempo y no hay resultados.

Es el caso de los activistas del medio ambiente., Greenpeace, Ecologistas en Acción y Oxfam Intermón han anunciado el inicio de un litigio contra el Gobierno de España por inactividad ante el cambio climático, afirmando que “los esfuerzos del actual Gobierno de España resultan insuficientes para cumplir con los compromisos internacionales adquiridos y para compensar la falta de acción de gobiernos previos”,

El ex de Podemos, Iñigo Errejón, parece querer convertirse en portavoz de esta izquierda desencantada con el gobierno progresista para señalar en algún programa de televisión la decepción de los ciudadanos por la falta de medidas concretas, afirmando incluso que el ingreso mínimo vital solo lo han cobrado el 1 por ciento de los solicitantes. O que el Estado se está lavando las manos en los problemas de sanidad y de educación cuando las comunidades autónomas fallan en su gestión.

Pensar, como ha contado Iglesias, que el único problema que desató la bronca entre él y Sánchez fue la huída del ex rey Juan Carlos I parece un broma a estas alturas del partido y si hasta ahora no ha subido el tono de los desacuerdos es porque la pandemia lo puede todo y porque lo último que contempla el líder de Podemos es dejar el Gobierno, “antes muerta que sencilla”.

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