SOCIEDAD

El sueño de Florentino y la pesadilla de Bartomeu

Josep Maria Bartomeu y Florentino Pérez.
Sábado 04 de julio de 2020
Tardará dos años en tener el super estadio, ese enorme caparazón de cuatrocientos millones que se convertirá en visita obligada para los millones de turistas que lleguen a la capital del Reino, y en dolor habitual para los vecinos del barrio. Es el sueño de Florentino Pérez. No el único, ni el más inmediato. Antes sueña con la Liga y con la decimocuarta Champion.

El sueño o los sueños del presidente del Real Madrid se convierten en pesadillas para Josep María Bartomeu, el presidente del Barcelona. La Liga la tiene muy difícil su equipo y la última Champion que ganaron los azulgranas fue hace cinco años, en Berlín y frente a la Juventus. Si no lo consigue su cabeza estará en la picota, lo mismo que la del entrenador Quique Setién.

Los dos presidentes, sus entrenadores y sus jugadores saben que lo que les espera de aquí a finales de agosto - si es que llegan a la final de Lisboa - es mucho sufrimiento. Para empezar, el calendario de Liga, en las cinco jornadas que faltan les van a hacer jugar hasta el 19 de julio, último partido para los blancos yendo a jugar a Leganés y el Barcelona a Vitoria. El rival del Madrid está, al igual que el Español, con pie y medio en la Segunda División mientras que el Alavés está en peligro pero con muchas posibilidades de mantenerse en Primera.

Las matemáticas, que funcionan con más precisión que la suerte - de la que gozan de forma casi increíble los dos grandes de nuestro futbol - por mucho que los entrenadores lo nieguen, dicen que Zidane y sus muchachos se pueden permitir el lujo de empatar dos de los cinco encuentros que les quedan. Puede que sean en el choque con el Athletic en Bilbao o en que tendrán en casa con el correoso Villareal,sobre todo tras ver el lamentable juego que exhibió frente al Getafe. Con ganar al Alavés, al Granada y al Leganés le basta.

Esas mismas matemáticas colocan a Setién como candidato al despido cuando terminen todas las competiciones. Su equipo tiene que ganar los cinco encuentros y esperar a que su rival pierda cuatro de ellos. Es posible pero las probabilidades son muy pequeñas.

Conquistada la Liga por uno y perdida por el otro, a los dos les esperan los octavos de la Champion, a jugar entre el siete y el ocho de agosto. El Madrid contra el Manchester City de Guardiola, que acaba de perder el título en Gran Bretaña; y el Barça frente al Napoles.

Si vencen en esos partidos, a los que llegaran más cansados que sus rivales, mirarán el calendario de los próximos quince días en la capital lisboeta y se echarán a temblar: del doce al quince de agosto, los cuartos; del 18 al 19 las semifinales y el domingo 23 la gran final. Todos a un único partido eliminatorio. Los que pierdan se vuelven a su casa.

En menos de dos meses y en el mejor de los casos, tendrán que jugar nueve partidos. Los blancos se pueden permitir dos empates. Los azulgranas ninguno. Y ganar los últimos cuatro, los que decidirán quien es el “rey de Europa” a nivel futbolístico es casi un sueño y casi una pesadilla.


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