Tur Torrres

Las Campos, materia prima demasiado cocinada para la tele

Tur Torres | Martes 23 de octubre de 2018
El intento de convertir a María Teresa Campos, Terrelu y Carmen en las “Camposian” estaba condenado al fracaso desde el principio. Las semejanzas entre las mujeres de la amplia familia Kardashian y sus apariciones en las televisión norteamericana con nuestras Campos son tan mínimas que se limitan a que sus supuestos “realities “ aparecen en las pantallas de los televisores. Se ha intentado alargar el experimento, pero. España no es Estados Unidos, ni la larga y numerosa familia norteamericana es transplantable a España.

A partir de esa premisa, el fracaso de sus vivencias en Nueva York o Miami tiene una gran y contundente explicación: los responsables se han metido en esos fogones con una buena materia prima que no han sabido cocinar. Todo lo demás son argumentos para arrojar a la basura de la televisión.

Teresa, Terelu y Carmen se han dejado manipular y sus “cocineros” han presentado uno de loos peores, más ordinaries, chabacanos e injustos retratos de las tres que imaginarse pudiera. No se lo merecían, ni los merecíamos los espectadores. Algún envidioso - que en esta España son muchos - se habrá alegrado de esa degradación pública a la que han sometido a tres estupendas profesionales y tres mujeres de enorme personalidad que, con las sombras que a todos nos acompañan, han demostrado desde hace muchos años que saben hacer y muy bien su trabajo.

Les han pillado en esas horas bajos que los humanos tenemos. Estoy seguro que la Teresa que conocí hace años cuando comenzaba en la televisión junto a Pilar Del Río, y la que demostró que era capaz de reinar en las mañanas de millones de hogares españoles, no se hubiera prestado a este carnaval desnortado y sin gracia - salvo que se consideren gracias los atracones de perritos calientes de Terelu o la obsesión por los dineros de Carmen - en el que ejerce de matriarca, al igual que no lo hubieran hecho la Terelu presentadora, ni la Carmen realizadora.

Han venido después sus operaciones, sus comidas, sus nuevas y más gastadas apariciones. Más de lo mismo. Hay que alegrarse por la gran matriarca, a la que tenemos que rendirle el mejor de los homenajes, pero en pasado. Lo de saber retirarse a tiempo y más cuando las fuerzas no responden es toda una asignatura que María Teresa no ha aprobado. Otro caso son Terelu, peor tratada por la televisión que muchas de sus compañeras y compañeros de plató y programa, y Carmen, que ha logrado “ a la fuerza” cumplir uno de sus sueños y expulsar de su rostro a una de sus pesadillas. Si la felicidad empieza por uno mismo, hay que darle un buen y merecido aplauso. Todos los caminos llevan a esa Roma estética que es el bisturí en manos de un escultor.


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