Antiguo

Los nuevos 'héroes sociales'

INGRESAR AL FORO | VER TODOS LOS ARTÍCULOS

Javier Fernández Arribas

Javier Fernández Arribas | Martes 21 de octubre de 2014

La sociedad española disfruta, en los últimos años, sobre todo en 2010, de unos nuevos héroes sociales que representan lo mejor en sus respectivas disciplinas y cuya influencia trasciende la mera actividad deportiva. Durante mucho tiempo, España ha vivido de ejemplos aislados, de fenómenos individuales que fueron pioneros en su actividad sin que hubiera una masa social detrás, sin que hubiera una política definida para conseguir determinados objetivos y sin que ese ejemplo representara un tirón notable en nuevos valores que recogieran el testigo. Nos centramos en esos nuevos héroes sociales deportivos que tienen una enorme influencia entre los niños españoles y que fomentan el fruto del esfuerzo, del sacrificio, de la superación, del trabajo bien hecho, de la excelencia; en definitiva, de una serie de valores y de principios que chocan frontalmente con lo que aparece continuamente en los medios de comunicación, el fenómeno del botellón, como una tendencia general de los jóvenes en todas las ciudades y pueblos de España. Hay muchos aspectos que analizar y muchos ángulos que escrutar de un fenómeno donde se generaliza con mucha facilidad en perjuicio de una juventud, futuro de nuestra sociedad, que tiene más ambiciones en su vida, y no sólo el alcohol.

En este momento, habría que dejar claro que los nuevos héroes sociales no son únicamente los deportistas de gran éxito. Afortunadamente, hay investigadores, médicos, científicos, tenores, actores, pintores, escultores, empresarios, profesionales en general que demuestran cada día una excelente preparación y ejecución de sus responsabilidades en distintas empresas en todo el mundo; así como de los jóvenes que calladamente dedican su tiempo a colaborar con el voluntariado y con ONGs. Lo que ocurre es que los medios de comunicación se ocupan muy escasamente de este tipo de personalidades que tanto contribuyen al enriquecimiento de España desde todos los puntos de vista.

Aunque todos sabemos los grandes nombres, no está de más recordar el esfuerzo constante, enorme humildad, educación contrastada y buena persona que es el tenista Rafael Nadal. Discreto, humilde, buen compañero y deportista ambicioso que convierte su ansiedad de victoria en una legítima prueba de superación a sí mismo para ser el mejor con trabajo y más trabajo para pulir su gran talento. Nadal es el ejemplo de los tenistas. Para el baloncesto tenemos a Pau Gasol, dispuesto cada día en superarse en Estados Unidos y convertirse en uno de los mejores jugadores españoles e internacionales de todos los tiempos. Pero Gasol sólo no podría rendir como lo está haciendo y ahí tenemos otro de los elementos fundamentales de los nuevos héroes españoles que tienen en el trabajo en equipo otra de sus mejores características, y lo que es más importante todavía, la demostración de que la inversión en la cantera, en el desarrollo deportivo y personal de los niños españoles, rinde al más alto nivel con unos resultados espectaculares.

En España, hemos pasado de los casos individuales como Manolo Santana, Ángel Nieto, Federico Bahamontes, Severiano Ballesteros; de los casos de equipos como el Real Madrid a opciones múltiples en muchas disciplinas porque en el tenis no sólo está Rafa Nadal, llevamos muchos años de triunfos destacados. En motociclismo, los jóvenes pilotos españoles llevan copando el pódium en los últimos años con un triplete en 2010 en las tres categorías. En automovilismo, Fernando Alonso está en la élite de la Fórmula 1; Carlos Sainz mantiene su competitividad a pesar del paso de los años. No habría que olvidarse de la mejora de la natación española con el dominio en natación sincronizada y su líder Gemma Mengual y en otras disciplinas donde siempre ha costado conseguir triunfos.

Merece una atención especial el trabajo realizado durante los últimos años en deportes de equipo como el fútbol el baloncesto o el balonmano, con triunfos históricos que demuestran el acierto de trabajar con una planificación seria, rigurosa, primando el talento, la educación de los deportistas como personas, el trabajo en equipo y promocionar los valores de una cantera que representa el mejor activo deportivo y social de un país como España. En el fútbol se mueven grandes cantidades de dinero y de intereses de todo tipo, desde el aprovechamiento de muchos directivos, los beneficios de la televisión, la influencia política y la tentación de manipular a la masa. Sin embargo, la apuesta por la cantera, por un estilo de juego de calidad, por la confianza en los propios jóvenes y una política clara de enseñar a muchachos de corta edad a jugar al fútbol pero también a ser buenos deportistas y mejores personas es el camino acertado. Lo tenemos en el F.C. Barcelona, base de la selección española campeona del Mundo y de Europa con Iniesta, Xavi o Casillas; lo tenemos en los equipos de baloncesto que son capaces de engendrar jugadores como los hermanos Gasol o en el mundo del balonmano, deporte minoritario en España pero con máximo nivel internacional.

Hay otros muchos ejemplos que podríamos añadir a esta reflexión sobre los nuevos héroes sociales. Personajes deportivos que ejercen una influencia total en millones de niños de todo el mundo que quieren imitarles porque sueñan con ser grandes figuras del fútbol y necesitan que sus padres les eduquen adecuadamente para evitar que esas ambiciones se limiten a lo superficial de la fama y del dinero por encima de todos los grandes valores que pueden desarrollar. No se trata de fabricar angelitos divinos sin tacha, estamos hablando del ejemplo claro que ofrecen cada día personajes del deporte que tienen sus problemas y sus errores pero que son capaces de superarlos y recuperar la senda de la victoria. Estos personajes son un ejemplo a seguir pero con el convencimiento claro de que llegar a la élite del deporte exige un sacrificio constante, un talento superlativo y una sana ambición de ser el mejor que condiciona otros aspectos muy importantes de la juventud. Por eso, la educación en el hogar es básica para evitar traumas y frustraciones; en el colegio deben confirmar los principios y valores de la familia y en la universidad o en la formación profesional, el deporte debe albergar un lugar destacado para continuar con el espíritu deportivo que ayude a los jóvenes a formarse como mejores personas.

En España hubo un punto de inflexión que sirvió para cambiar la mentalidad y apostar por el trabajo bien hecho con los más jóvenes desde pequeños aunque los resultados se recogieran años después. Nos referimos a los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 donde una buena política de apoyo y respaldo a los deportistas cosechó un buen puñado de medallas. Esta iniciativa debe continuar y ampliarse de cara al 2020 para poder seguir manteniendo un nivel competitivo y de calidad y para que la sociedad española y sus jóvenes sigan teniendo esas referencias y esos ejemplos a seguir. Además de poder contar con el apoyo de los patrocinadores a esos planes de ayuda a los deportistas de élite que contribuyen a fomentar cada uno de los deportes.

En esta España con una gravísima crisis económica, de empleo y de valores, hay personajes clave que sirven como ejemplo del camino a seguir. No se trata de quedarse únicamente con el éxito económico y de fama, podríamos explicar que la mayoría de los casos de los deportistas de élite siguen una vida discreta y prudente, la clave radica en extraer las enseñanzas que destila el trabajo de los diferentes equipos en cualquier deporte o de aquellas individualidades magníficas. El ejemplo más claro de la trascendencia que tienen estos nuevos héroes sociales es la demanda de importantes empresas nacionales e internacionales por conseguir que estos esforzados triunfadores se conviertan en su imagen de marca.

Es cierto que no todo es oro lo que reluce. Hemos mencionado anteriormente la ambición desmedida de muchos aprovechados que utilizan el deporte como simple negocio o influencia empresarial o política o mediática. Es el lado oscuro de una realidad que tiene además una necesidad imperiosa de luchar contra los tramposos que utilizan el dopaje para conseguir buenos resultados. Es el caso del ciclismo y del atletismo que tienen en entredicho su credibilidad y su aceptación entre el público después de grandes épocas y deportistas ejemplares. Es imprescindible que sea erradicado el dopaje en cualquier deporte y que los tramposos sean apartados y castigados de acuerdo al daño que procuran a la sociedad. Sobre todo, a esos niños y no tan niños que habían puesto toda su ilusión y apoyo en ese deportista.

Nos hemos centrado en los deportistas, pero podríamos ampliar la serie de esos nuevos héroes sociales a otros sectores que demuestran cada día, una salud envidiable en todos los aspectos que debería ser imitada sin concesiones por la clase política, en la gran mayoría de los casos.


Noticias relacionadas